Derrota tras derrota: la fallida socialdemocracia criolla (Artículo)

Derrota tras derrota: la fallida socialdemocracia criolla (Artículo)

Por Heinz Dieterich

  1. Ineptitud estratégica, Arrogancia y Mentira

Los desastres políticos del socialdemócrata Rafael Correa en Ecuador, y del socialdemócrata García Linera en Bolivia –inventor del “capitalismo andino” y verdadero operador del proyecto de Evo– junto con sus incompetentes asesores gachupines de Podemos (sic), revelan una vez más, que la socialdemocracia criolla es incapaz de liderar a los pueblos de la Patria Grande. No es, ni puede ser clase dirigente libertadora. Dentro de la Ley del Péndulo monroeista, es parte integral del sistema de dominación de Washington, junto con los neoliberales.

Ahora, derrotados y en el exilio, están tejiendo las apologías de sus derrotas, escamoteando una vez más, con el apoyo de sus cuates en la prensa oportunista, su enorme corresponsabilidad en los triunfos de los golpes lumpen-plutocráticos (Iván Herrera) de las oligarquías y de la Casa Blanca. Tratan de ocultar, que su ineptitud estratégica, arrogancia del poder e ideología clasista burguesa, fueron factores claves de las derrotas. Procuran borrar la memoria de sus errores, prometiendo nuevamente milagros de gobernanza a los pueblos, para regresar a las “dulces mieles del poder” (Fidel) de la burguesía. 

  1. Siete Mandatos para Triunfar

Todo gobierno de transformación progresista responsable y con visión estratégica, debe cumplir con siete imperativos morales, para consumar el mandato que el pueblo le confió: 

  1. Activar la economía para remediar la injusticia social; 
  2. Asegurar el apoyo de sectores institucionales de las Fuerzas Armadas, que tengan igual o superior poder de fuego a cualquier fracción golpista militar, que intente realizar un coup d´état, como Pinochet en Chile, Kaliman en Bolivia y Huerta en México.
  3. Derrotar a la Rebelión de los Demonios (imperialistas, racistas, capitalistas, etc.), que la derecha demagógicamente llama “revolución de color”. Es decir, ganar la guerra psicológica mediante una política mediática contundente en televisión, redes sociales y medios impresos, desarrollando narrativas convincentes e interfases (transmisores) eficaces.
  4. Crear centros de pensamiento estratégico (think tanks) no-gubernamentales, capaces de evaluar la correlación entre las fuerzas propias y las de la desestabilización (countervailing powers), para no perder la iniciativa estratégica transicional.
  5. Proporcionar un sentido del futuro y de la vida, porque el homo sapiens es tanto físico como metafísico. No basta darle de comer, hay que darle una razón de ser espiritual. Ni los Partidos Comunistas, por cientificismo positivista, ni los socialdemócratas, por carecer totalmente del horizonte de trascendencia, atienden esa necesidad esencial del ser humano. El vacío metafísico lo llenan los televangelistas, cuya combinación de oscurantismo, neurociencia y penetración digital, es el arma nuclear por excelencia de la destrucción de la mente humana y de la democracia.
  6. Plantear convincentemente la sucesión del líder en caso de su incapacitación, para darle seguridad psicológica en la continuidad del proyecto, bajo cualquier circunstancia.
  7. Cuando el proyecto fracasa, es obligación moral de los transformadores derrotados, explicar objetivamente las razones del fracaso, incluyendo su corresponsabilidad, para que el pueblo aprenda de los errores y evita repetirlos.

  1. Socialdemocracia traicionera

El cumplimiento integral de esos siete mandatos es la única garantía para que un gobierno de transición progresista pueda realizar exitosamente la tarea, que el pueblo le encargó. Las derrotas de la socialdemocracia criolla en Ecuador, Bolivia, Brasil, Argentina y Venezuela –donde la dictadura militar de Maduro, Cabello, Padrino, ha convertido el país en el nuevo paraíso del capitalismo neoliberal, donde los activos nacionales se enajenan a precios simbólicos, el salario diario del trabajador es de 0.17 dólares y las cárceles están llenas de militares y sindicalistas patrióticos– demuestran fehacientemente, que esta clase política es incapaz de cumplir con los siete imperativos de la misión de liberación, que los pueblos le confía. 

  1. Razones del Fracaso

La razón de los fracasos y engaños de los pueblos es triple: 1. Dentro de la Ley del Péndulo son operadores clasistas del sistema imperial en América Latina, sin reconocerlo; 2. A nivel global, son intelectuales orgánicos del perception management (gestión de la percepción) de la burguesía, vía la democracia circense liberal, sin reconocerlo. 3. En sus derrotas recurren a las apologías católicas. La obra del Señor iba bien, hasta que Lucifer (oligarquía, militares e imperialismo) apareció de la nada y la saboteó. Lo imprevisible no conlleva responsabilidad. Ergo, los ejecutores del proyecto son inocentes. No hacen autocrítica ni explican por qué no cumplieron con los seis prerrequisitos de la transición exitosa. No pueden explicar su fallida gobernanza, porque el pueblo se concientizaría y no los volvería a votar. Con sus mentiras, su razón de ser como clase política y su ciclo de reciclaje siguen vigentes. The show monroeista must go on  – hasta la siguiente catástrofe para los pueblos. 

  1. Gladiadores Andinos

El fracaso de la praxis política de esos líderes socialdemócratas no se debe a sus características personales –como el narcicismo de Correa y García Linera o el oportunismo de Patiño– sino a su posición de clase, su formación académica burguesa y el mindset (ideología) resultante. No actúan sobre la ciencia, sino sobre la ciencia ficción. Promulgan el cuento de hadas de la democracia burguesa, desconocen la Ley del Péndulo latinoamericano y exorcizan hasta la memoria histórica más reciente de las matanzas oligárquicas. Hacen creer al pueblo, que la oligarquía y el imperialismo van a respetar las reglas de su democracia de Disneyland y tratarlos constitucionalmente, si prometen portarse bien y ser buenos muchachos gubernamentales. Qué el cordero y el león pueden coexistir pacíficamente y que la fraternidad entre clases sociales antagónicas es posible. Escamotean, que la realidad de la política burguesa es la Comuna de Paris, y que, como decía el poeta iraquí Al-Mutanabbi en el Siglo X: “Cuando ves los dientes del león, nunca pienses que te sonríe”. Son estafadores profesionales en la selva de sobrevivencia del homo sapiens.

  1. Sueños del Jardín de Edén en la tierra

La utopía de una transformación pacífica en una sociedad de clases, cuyo estado natural fue descrito correctamente por el fundador de la filosofía política axiomática burguesa, Thomas Hobbes of Malmesbury, como una guerra de todos contra todos (bellum omnium contra omnes), es obvia. Es absurda también a la luz de los paradigmas científicos de Charles Darwin (survival of the fittest) y Karl Marx (Estado es un instrumento de la clase dominante). Y, por supuesto, ante la evidencia forense de la historia universal, empezando por el Vaticano, que en nombre de Amor y Paz del gran reformador pacifista Jesús ha establecido la primera y más longeva dictadura antidemocrática global que conocemos. Pero, ni ciencia, ni realidad, ni historia deben perturbar a la gran fábula desarrollista, porque impedirían su éxito mercantil en el mercado de las ideologías.

  1. Los Duehrings andinos

De ahí, que si el vicepresidente boliviano Álvaro García Linera, inventor del bizarro “marxismo comunal”, pensaba conseguir seguridad en la transición declarando, que en los países andinos sólo podía hacerse “el capitalismo andino”, no el socialismo, y dirigiendo la política de Evo en este sentido; cuando Correa bloqueó el debate del socialismo del Siglo 21, junto con su señorito Ministro de Planificación de la FLACSO, Fander Falconí y su oportunista canciller Ricardo Patiño –ver artículo revelador de Alexis Ponce sobre esta camada socialdemócrata andina de Duehrings en https://www.aporrea.org/medios/a284243.html  — y entre todos promulgaron las cursilerías del “vivir bien”, confundiendo a los ilusos de la “izquierda”  global y tratando de engañar hasta al Partido Comunista de China, entonces estamos ante la evidencia empírica de que esa clase política socialdemócrata no puede ser el sujeto de emancipación, que la Patria Grande necesita. Sin embargo, esa “Sociedad de Poetas muertos” sigue en sus alegres intentos de reciclarse con las falsas promesas de siempre, ahora con un acento porteño.

  1. La Sociedad de Poetas muertos

Esos políticos profesionales criollos fracasados –de quienes hay que exceptuar a Evo, que es honesto, humilde y digno– pretenden reciclarse de nuevo con las viejas promesas y una lírica mercadotécnica, que es peor que la de Walmart. Véase, por ejemplo, su consigna “El cambio es el progresismo”, lema del segundo encuentro del “Grupo de Puebla” en Buenos Aires y el rollo conexo de la convocatoria: “Adueñarse del mañana, pero empezando hoy. El cambio no puede ser postergado, porque la paciencia se convierte en desprecio sentada frente a la injusticia. El Grupo de Puebla quiere integrar los sueños de los progresistas de Latinoamérica en uno grande. Hacer del continente un mejor lugar para todos y todas. Y quiere hacerlo ahora”. Nice, pero como es obvio, esta dead poets society sufre de un doble defecto congenito: no sirve para la poesía, ni para la liberación de los pueblos.

  1. AMLO y la 4ta Transformación

Toda praxis social requiere determinadas precondiciones funcionales para triunfar. Andrés Manuel López Obrador, el más talentoso estadista actual de América Latina, ha demostrado múltiples veces, que entiende esa dialéctica vital a fondo: desde la decisión sobre la fallida detención del hijo del “Chapo” Guzmán en Culiacán, hasta no firmar con Alberto Fernández una trasnochada “Alianza latinoamericana contra el Neoliberalismo”. Por eso, el pueblo azteca sigue creyendo en el liderazgo del presidente y su capacidad política, para no andar en el sendero de derrotas de la socialdemocracia criolla.

¡Con razón, AMLO se ha convertido en el nuevo punto de referencia transformacional y moral de la Patria Grande. Bien ganado los laureles, Presidente!

Heinz Dieterich

Sociólogo, analista político, teórico marxista, asesor de Hugo Chávez, autor del “Socialismo del Siglo XXI” y más de 30 libros sobre la conflictos latinoamericanos. Nacido en Rotemburgo del Wumme, Alemania, y actualmente investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, en la Ciudad de México.

*La opinión aquí vertida es responsabilidad de quien firma y no necesariamente representa la postura editorial de Aristegui Noticias.




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