“Los jugadores tienen que despertarse, tranquilizarse y trasladar lo que trabajamos cada día. Y sobre todo, competir hasta el final cualquiera que sea la situación. Es una cosa que no estamos haciendo y que me molesta mucho”. Son palabras de Marcelo
Nicola minutos después del revés sufrido en Málaga. Además de los 31 puntos encajados en el primer cuarto, el técnico del Acunsa GBC lamentó que su equipo desconectase en el último cuarto. Un acto que, con todo el pescado vendido, arrancó con un parcial 11-0 para Unicaja y finalizó con un doloroso 31-12.
Las segundas partes casi nunca fueron buenas para el GBC, una situación que se ha recrudecido en los últimos cuatro encuentros. Fuenlabrada, Estudiantes, Betis en menor medida y Unicaja arrollaron sin piedad tras el descanso a los de Nicola, que no supieron responder a los golpes y terminaron tirando la toalla antes de tiempo, agravando las derrotas con grandes diferencias en el marcador.
El GBC capituló tras el descanso ante el Fuenlabrada, con un parcial de 24 puntos en contra (57-33). Frente al Estudiantes, los donostiarras ganaban por dos puntos pero no fueron capaces de frenar a Gentile a partir del tercer cuarto y cayeron por 22 en los 20 minutos finales (53-31). En Sevilla, el GBC cedía sólo por un punto tras la primera mitad, pero la diferencia aumentó hasta los 10 (39-30 después del descanso). En el Carpena, el Acunsa firmó un notable segundo cuarto pero en los dos últimos cuartos, el Unicaja le arrasó por 25 puntos (53-28).
Tres opciones al traste
Los promedios de las cuatro últimas segundas partes del Gipuzkoa Basket hablan por sí solos. 50,5 puntos encajados y una diferencia media en contra de 20 puntos. En tres de esos cuatro encuentros el Acunsa estaba en partido al llegar al intermedio y en Málaga, pese a estar a diez puntos, se fue a vestuarios con buenas sensaciones después de ganar el segundo cuarto. Sin embargo, todo se fue al garete en la reanudación.
Contra el Fuenlabrada el descalabro llegó en un último cuarto para olvidar, en el que el GBC encajó 38 puntos. Frente a Estudiantes fue nada más salir del descanso, con un Gentile intratable que castigó a la defensa donostiarra una y otra vez. Frente al Betis, el atasco ofensivo del tercer cuarto obligó al GBC a llegar a los minutos finales a remolque, con el fuelle justo. Frente a Unicaja, la desventaja se disparó hasta los 20 puntos en el tercer cuarto y el último no hizo sino ahondar aún más en una herida que sigue sangrando.
Desconexiones que condenan a un equipo que, al verse superado en los últimos minutos, firma su capitulación. Nicola apuntó a la falta de un líder para frenar ese tipo de sangrías. Dee lo intentó en Sevilla pero lo cierto es que la plantilla no cuenta con jugadores expertos que ofrezcan fiabilidad en ese tipo de situaciones. A los donostiarras les cuesta cerrar su tablero y encontrar fluidez. Y cuando lo han hecho, no han sido capaces de alargar ese juego más allá del maldito descanso.
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