Mikel
Oyarzabal descansa estos días en Londres junto a Aritz
Elustondo, Rubén
Pardo y sus respectivas parejas. El jugador eibartarra no está demasiado acostumbrado a conjugar el verbo descansar, puesto que las vacaciones son prácticamente unas desconocidas para un futbolista que entre los compromisos de la Real y los de la selección española ve sistemáticamente reducidos los periodos vacacionales.
Ahora ha tenido siete días para coger aire, como todo el mundo. Y más vale que lo haya hecho, puesto que se le avecina un 2020 aún más intenso que un 2019 que entre las convocatorias de la selección española Sub-21, las de la absoluta y los encuentros de la Real, ha sido frenético para el jugador eibartarra.
Imanol le ha empleado en los 42 partidos que ha jugado la Real durante este año y a esa presencia perpetua, hay que añadir que esta temporada ha disputado cinco de los seis encuentros clasificatorios para la Eurocopa que ha disputado la selección absoluta.
Durante la pasada campaña estuvo enrolado fundamentalmente en la Sub-21 y con la absoluta sólo disputó un partido clasificatorio para la Eurocopa, ante Suecia, justo en vísperas del Europeo Sub-21, en el que jugó los cinco encuentros. Anteriormente, también con la segunda selección española, disputó dos amistosos en el mes de marzo.
Por tanto, en 2019, a los 42 encuentros con la Real debe sumarle seis con la selección absoluta y otros siete con la Sub-21, lo que eleva la cuenta a 55 encuentros en un año natural.
Mikel
Oyarzabal estuvo convocado con una selección o con otra en todas las ventanas
FIFA, lo que provocó que, desde el año pasado por estas fechas, el jugador realista apenas dispusiera de unos días festivos entre el final de la Liga y la convocatoria de la selección absoluta en junio -parte de los cuales tuvo que destinar a los exámenes de la carrera que finalizó- y de las tres semanas de gracia que le concedió el club entre que se proclamó campeón de Europa Sub-21 el 30 de junio y que se incorporara a la disciplina txuri urdin el 22 de julio.
Un 2020 de locos
Pero el 2020 que está a la vuelta de la esquina se avecina también intenso para él. Huelga decir que, mientras siga inmune a las patadas que recibe y no se lesione, todo apunta a que volverá a jugarlo todo con la Real. A eso hay que añadir que este curso hay dos compromisos veraniegos. Por un lado está la Eurocopa, que se disputará alrededor de toda Europa entre el 12 de junio y el 12 de julio, con lo que apenas dispondrá de descanso al finalizar la Liga el 24 de mayo, ya que los jugadores se concentrarán un par de semanas antes del inicio de la cita europea.
En principio, el guipuzcoano podría estar también en los Juegos de Tokio. Entre el 24 de julio y el 9 de agosto, con lo que Oyarzabal podría llegar al inicio liguero sin apenas descanso.
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