Descubren el primer caso registrado de acoso sexual en un papiro egipcio

Los delitos contra las mujeres no son una lacra de última generación. Ahora que el feminismo lucha por frenar este tipo de actos, la historia nos enseña sus preocupantes orígenes. Un papiro muestra el que sería el primer caso registrado de acoso sexual, escrito en el 2.400 antes de Cristo y custodiado ahora por el Museo Británico de Londres.

Un capataz con antecedentes

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Sala dedicada al arte egipcio en el Museo Británico

El relato nos llega a través de un texto escrito por Amennakht, compañero de un poderoso capataz llamado Paneb. El autor decidió denunciar ante el visir del faraón una serie de agravios cometidos por este hombre, de dudosa reputación. En este caso la historia nos traslada hasta Deir el-Medina, ciudad egipcia donde el agresor vivía junto a una comunidad de artesanos y trabajadores inmersos en la construcción del Valle de los Reyes.

Lo cierto es que el cargo de Paneb nada tenía que ver con su honorabilidad. Según relata este papiro encontrado en el siglo XIX, al capataz se le acusaba de numerosos delitos previos al acoso sexual, entre ellos el soborno. Este importante capataz fue querellado, entre otras lindezas, por robar y saquear tumbas. Por ejemplo, las de las hijas de Ramsés II.

Libertinaje y adulterio

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Nefertiti, una de las mujeres más conocidas del Antiguo Egipto

La historia más reciente nos ha enseñado los múltiples casos de hombres poderosos que se aprovecharon de los más débiles para satisfacer sus deseos más bajos. A la luz de este caso, Paneb habría sido el primero en marcar la tendencia del acoso sexual. Querellado también por cometer libertinaje y adulterio. Y es que aunque a muchos pueda parecerles que en esta época abusar de una mujer ra algo entendido como natural, Amennakht lo incluyó como una de las reprochables acciones de Paneb.

“La arrojó contra una pared y la violó». Así relató el autor del texto el abuso a una mujer llamada Yemenwaw. Incluso el propio hijo del acusado confesó conocer otros casos de “libertinaje” cometidos por su padre. Quién sabe cuántas mujeres sufrieron acoso sexual antes de Yemenwaw en la historia de la Humanidad sin que nadie alzara la voz por la víctima, sin que se escuchara “no es no”.


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