El Atlético de Madrid quedó apeado de los octavos de final de la Liga de Campeones 22/23, de la forma más cruel posible. Se vio fuera, le volvieron a dar una segunda vida con ese penalti señalado ya con el tiempo del partido cumplido… para volver a morir en la orilla después de que Yannick Carrasco lo fallase.
Sin duda, una situación tremenda para el Atlético de Madrid. Para sus jugadores. Muchos de ellos se quedaron durante un larguísimo rato, de pie, alucinados, cabizbajos, mirando el fondo sur donde cientos de aficionados del equipo colchonero cantaban y agradecían el esfuerzo realizado.
De las imágenes más emotivas de la noche fue la de Saúl Ñíguez, que no pudo contener las lágrimas. Fue consolado por varios compañeros, como Grbic. Luego, de camino ya al vestuario, Simeone le pasó el brazo por los hombros también en gesto de reconocimiento y cariño.
Pasadas las horas, el canterano del Atlético quiso compartir una pequeña reflexión, cargada dolor pero también de orgullo. Lo hizo con un mensaje en redes sociales. “Sinceramente lo de anoche no tiene palabras. Lo que si que tiene es mucho dolor. A veces te da y a veces te quita”, comenzó diciendo el internacional español, que añadió: “Gracias a todos por ese ambiente con el que a pesar de todo, siempre estáis apoyándonos cuando más se necesita. ¡Aúpa Atleti!!”