No sentí en ningún momento la sensación de que los jugadores de
Garitano
fuesen conscientes de lo que había en juego. La salida, mala una vez más, envió el mensaje a los contrincantes que nunca debió llegar. Poco más o menos extendieron la alfombra roja a sus rivales, quienes ante tanta facilidad no dudaron en aceptar todas y cada una de las concesiones. Es inconcebible que el Athletic vuelva a caer en la misma piedra siete días después. Hay que recordar que ante el Alavés, el arranque fue también nefasto.
De saque no me gustó la alineación del Athletic. No concibo un once sin
Raúl
García
. Este jugador significa demasiado para un grupo que sin él pierde su identidad. Si a esto le unimos la baja , aunque estaba en el banquillo, de
Iñigo
Martínez
, nos encontramos un equipo desnortado y sin el carácter necesario para afrontar un envite ante un Valladolid que sí sabía lo que había en juego. El navarro es demasiado importante. Mérito suyo y, obviamente, demérito del resto. Todos los equipos tienen sus buques insignia, pero como sigamos así al final Raúl va a parecer un trasatlántico. Probablemente el más grande del mundo. Por lo menos para nosotros .
De saque no me gustó la alineación del Athletic. No concibo un once sin
Raúl
García
Una vez salió al campo todo cambió. Las llegadas del Athletic se sucedieron y la presión al rival apareció. Él empuja y todos se contagian. Es tan sencillo como eso. Prescindir de su concurso es un lujo . Independientemente del concurso o no de Raúl
García, la desilusión fue total ante lo acontecido en tierras castellanas. Los leones no estuvieron a la altura y desperdiciaron una gran ocasión de situarse virtualmente en Europa y, lo que hubiese sido mejor, colocarse en opción de pelear por la sexta plaza. Lástima además por los más de 2.000 aficionados que arroparon al equipo en Pucela, pero que vivieron una vez más la muda de piel del Athletic fuera de casa.
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