Alguien ha debido soltar un maleficio contra ‘Sálvame’. El programa no gana para disgustos. Si el pasado martes Belén Esteban sufría una aparatosa caída que la llevaba al hospital y por la que tendrá que ser operada, ahora ha sido Lydia Lozano la que ha dado el susto.
Belén se partió la tibia y el peroné en pleno directo, mientras que Lydia se ha caído en su casa fracturándose el radio. Todo malas noticias. “Lydia Lozano ha sufrido una caída en su casa y podemos avanzarles que ha tenido que ir al hospital. El diagnóstico que ha dado en el hospital es que s e ha roto el radio”, informaba Terelu Campos este mismo viernes al inicio de ‘Sálvame Diario’. La colaboradora ha tenido que ausentarse esta tarde y se perderá el esperado ‘Polideluxe’ de Pipi Estrada.
La caída de Lydia
El reportero Omar Suárez se desplazaba a casa de Lydia Lozano nada más conocerse la noticia para preguntar directamente a su compañera cómo se encontraba. Con lágrimas en los ojos, la colaboradora ha maldecido su mala suerte y ha asegurado estar “muy agobiada” porque es una persona “muy independiente” y asegura que ahora necesitará ayuda para todo.
Lydia ha explicado cómo ha sucedido todo y contaba que estaba intentando abrocharse unas botas altas, momento en el que se desequilibró y ella misma apoyó la mano para no hacerse más daño en su ya malherida espalda, con la mala fortuna de que se rompió el brazo. “Comencé a gritar llamando a Charly, que me vendó el brazo”, explicaba la canaria. Sin embargo, cuando iba a coger un taxi camino de Telecinco, el dolor le obligó a cambiar de planes y marcharse a urgencias. “El doctor me ha dicho que he tenido suerte porque no me van a tener que operar ni me han tenido que colocar el hueso”, reconocía adelantando que tendrá para unos 40 días pero que piensa aparecer por ‘Sálvame’ el próximo lunes para seguir dando guerra.
La broma de Omar Suárez
El reportero, para intentar animar a Lydia, le proponía firmar la férula, aunque desde plató le proponían hacerle una jugarreta a la colaboradora. Omar se disponía a pintar en la escayola cuando Lydia se daba cuenta de lo que intentaba hacer: ¡estaba escribiendo el nombre de Albano! Muy enfadada, la periodista se ha negado a que continuara. “¡Qué desagradable!, adiós muy buena”, le invitaba a marcharse de su casa.