La disputa este miércoles en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán de la final de la Europa League entre el Eintracht de Fráncfort y el Glasgow Rangers y la visita de varios miles de aficionados alemanes y escoceses a la ciudad de Sevilla ha producido los esperados incidentes violentos en las horas previas al partido.
La Policía ha informado de la detención de cinco hinchas alemanes después de una multitudinaria pelea en la madrugada de este miércoles en las inmediaciones de la Catedral. Allí unos 200 hinchas del Eintracht atacaron a un grupo de seguidores escoceses, tumulto en el que tuvieron que intervenir agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP). Los hinchas alemanes se enfrentaron entonces a los agentes mientras huían lanzando vidrios, bengalas y diversos objetos de mobiliario público como papeleras o mesas y sillas de locales de restauración.
Los agentes tuvieron que realizar disparos intimidatorios al aire y se produjeron cinco detenciones, todas ellas de ciudadanos alemanes, mientras que un aficionado escocés resultaba herido con una contusión en la cabeza.
El dispositivo de seguridad desplegado en la ciudad trata de contener los incidentes aislados que están produciendo la presencia de estas dos aficiones con fama de violentas. Varios miles de alemanes y escoceses han tomado la ciudad, muchos de ellos sin entrada y deambulan por las calles del centro histórico en muchos casos con síntomas de intoxicación etílica.
No obstante, el Ayuntamiento de Sevilla y las autoridades celebraban la celebración de este evento y la visita masiva de aficionados extranjeros, con los que cifraron el impacto económico para la ciudad en unos 65 ó 70 millones de euros.
El Ayuntamiento instaló además urinarios públicos y diversos servicios con motivo de la presencia masiva de estos hinchas, lo que también ha ocasionado protestas de los sevillanos.
El lugar de estos hechos es el mismo en el que se produjo un enfrentamiento entre hinchas del Eintracht y del West Ham inglés el pasado marzo, cuando estos equipos se enfrentaron respectivamente a Betis y Sevilla en los octavos de final de la Liga Europa. Como consecuencia de estos incidentes no hay que lamentar heridos graves, salvo un seguidor escocés con una contusión en la cabeza.