El Día Mundial del Agua se propuso en la Conferencia de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo efectuada en Río de Janeiro, en junio de 1992. Esta fecha forma parte de su campaña para fomentar una gestión sostenible. El lema de este año es: «Aguas residuales».
La humanidad necesita agua
El agua es un elemento esencial del desarrollo sostenible. Los recursos hídricos, y la gama de servicios que prestan, juegan un papel clave en la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental. El agua propicia el bienestar de la población y el crecimiento inclusivo, y tiene un impacto positivo en la vida de miles de millones de personas, al incidir en cuestiones que afectan a la seguridad alimentaria y energética, la salud humana y al medio ambiente.
En la actualidad más de 663 millones de personas viven sin suministro de agua potable cerca de casa, lo que les obliga a pasar horas haciendo cola o trasladándose a fuentes lejanas, así como a hacer frente a problemas de salud debido al consumo de agua contaminada.
El problema de la escasez de agua en España
El futuro del agua en nuestro país es muy negativo, según todos los pronósticos. El Libro blanco del agua ya avanzó en el año 2000 que el cambio climático produciría, en el escenario menos pesimista, una disminución del 5% en las aportaciones totales en régimen natural. El impacto más severo lo sufrían el sureste peninsular, la cuenca del Guadiana, el valle del Ebro y la España insular. Esta disminución vendría acompañada de una mayor variabilidad anual, interanual y estacional.
¿Cuál es la situación de España con respecto al agua residual?
España ha mejorado en el tratamiento de las aguas residuales durante los últimos años pero todavía mantiene algunos puntos negros importantes. En 2001, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea condenó a España por la existencia de 37 ciudades de más de 15.000 habitantes que no depuraban correctamente sus aguas residuales.
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