Día mundial del Alzheimer 2023, ¿por qué se celebra el 21 de septiembre?

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa irreversible que causa trastornos en la cognición, la memoria, la personalidad y otras funciones cerebrales. Se calcula que en todo el mundo hay 46,8 millones de personas que sufren esta enfermedad y, para el 2050, la cifra podría superar los 131 millones. Este martes, 21 de septiembre de 2023, se celebra el Día Mundial del Alzheimer para visibilizar la enfermedad y sensibilizar a la sociedad sobre el impacto que ésta tiene tanto sobre los enfermos como sobre sus familias.

Día Mundial del Alzheimer

El origen de esta celebración se remonta a 1994 de la mano de la organización «Alzheimer’s Disease International». Desde entonces, cada año se llevan a cabo numerosos actos culturales y deportivos para poner el foco en el alzheimer. En España es la «Confederación Española de Alzheimer» la que se encarga de desarrollar la campaña a nivel nacional por el Día Mundial del Alzheimer.

Este año, Alzheimer’s Disease International (ADI) ha lanzado  el lema «Never too late. Never too early», que hace referencia a la importancia de identificar los factores de riesgo y adoptar medidas para retrasar o prevenir la aparición de la demencia. Por ahora, no hay una cura para el Alzheimer, pero sí existen numerosas actividades y rutinas que permiten retrasar el deterioro que causa la enfermedad.

Los principales objetivos de la jornada son los siguientes: conocer cuáles son las necesidades reales de los enfermos, ofrecerles terapias y ejercicios mentales, apoyar a los cuidadores y fomentar la investigación.

¿Qué es el alzheimer?

El alzheimer es una enfermedad mental progresiva e incurable. A medida que avanza, degenera las células nerviosas del cerebro y disminuye la masa cerebral. Por este motivo, los pacientes muestran un deterioro cognitivo progresivo. Una vez aparecen los primeros síntomas, los pacientes van degenerando y se vuelven cada vez más dependientes.

Las fases del deterioro cognitivo son tres:

  1. Leve: en la primera etapa los síntomas son muy leves, y muchas veces pasan totalmente desapercibidos. Los familiares de los pacientes con alzheimer creen que los despistes son «cosas de la edad», y por lo general se dan cuenta de que algo no va bien cuando aparecen los cambios de humor bruscos.
  2. Moderado: empiezan a aparecer cambios muy leves en la capacidad de pensamiento y dificultades de memoria, aunque no son lo suficientemente notables como para afectar a las relaciones o el día a día de los enfermos.
  3. Grave: los pacientes con alzheimer muestran una amplia afectación de todas las facultades intelectuales. Los síntomas se agravan, hasta el punto de no reconocer a sus familiares.

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