Diego Martínez se despidió este viernes de la afición después de tres años de éxitos en el Granada. Embargado por la emoción durante su comparecencia en la sala de prensa de Los Cármenes, lo que provocó que durante algunos instantes tuviera que interrumpir su intervención y soltara alguna que otra lágrima, el técnico gallego resaltó que su estancia en el equipo había resultado “una aventura extraordinaria en la que nos hemos dejado el alma, con tres años de éxitos en lo profesional y en lo humano.
Entiende que su etapa se había agotado y necesitaba tomar un nuevo rumbo. “Ha sido muy desgastante y todos los ciclos en la vida tienen un fin. Creo que el mío ha llegado a su fin, que tenemos que entregar el testigo y que el Granada siga creciendo, conmigo, como granadinista, como abonado que soy, como granadino de adopción», señaló.
Se ha sentido muy querido por la afición y espera que comprendan el paso que ha dado. «Entiendo que mi decisión no pueda entenderse, pero estamos súper orgullosos del trabajo. Es difícil sentirse querido. He tenido un grupo de jugadores extraordinario, con una conexión que no se puede explicar con palabras, pero llega a su fin. Hasta siempre, hasta luego”, añadió
Asegura que no se va por motivos económicos ni ha negociado con otro club. «Quiero dejar claro que en ningún momento ha habido una negociación económica del club. No ha habido una sola palabra en referencia a mi salario y al del equipo técnico. No he hablado con ningún club. He escuchado a mi club, a mi equipo técnico y he tomado su decisión. Este momento es doloroso, pero me voy muy feliz”, expuso.
A partir de ahora queda libre y escuchará ofertas. “Me tomaré un descanso, me he vaciado. Necesito desconectar unos días y a partir de la próxima semana estudiar o valorar si surge una oportunidad de trabajo para el futuro. Si no es así, pues a prepararme para lo que tenga por venir», concluyó.
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