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Diez mayonesas de bote que pueden competir con la casera


Sin mayonesa, algunos de los mayores placeres gastronómicos cotidianos no tendrían sentido. La ensaladilla rusa lloraría solitaria y seca en un rincón de la cocina esperando que alguna capa la cubriera. Si no existiera esta salsa, muchos bocadillos, hamburguesas y sándwiches serían un funeral culinario al que mejor no acudir. Las patatas fritas solo sabrían a eso, a patatas fritas, y nadie podría disfrutar de ese toque de fina grasa que le aporta este aderezo. Sin mayonesa el mundo del gocherío perdería una de sus bases esenciales.

Por suerte quiso Dios, el cocinero del mariscal Richelieu o algún desconocido genio de la isla de Mahón, según la versión que quieras creer, que esta salsa blanca llegara al mundo a alegrarnos la vida hace más de 250 años. Y en estos cerca de tres siglos la mayonesa se ha extendido en España hasta el punto de que en 2015 fue la salsa más consumida, con un total de 52,9 millones de kilos, tal y como recoge el portal Statista.

Los ingredientes para elaborar mayonesa son pocos y asequibles: solo hace falta aceite vegetal, ya sea de oliva o de girasol, huevos -o las yemas-, sal y zumo de limón o vinagre. Ahora bien, tal y como os contamos hace un tiempo en este artículo, prepararla en casa tiene su ciencia; el peligro de que se te corte y no emulsione bien es real y común. Una vez conoces los trucos básicos, el poco esfuerzo merece muchísimo la pena.

Elaborar este aderezo de forma casera tiene muchas ventajas, por supuesto, pero también hay mayonesas industriales bien hechas. Si temes el corte, la salmonella, mancharte las manos o fregar, recurrir a una envasada de calidad es una opción, por ello en El Comidista hemos acudido a varios expertos mayoneseros para que nos recomienden sus favoritas, ya sean clásicas o con un toque que las haga diferentes. Comidisters, esta es nuestra selección:

TRADICIONALES

Mayonesa 100% aceite de oliva, de Ybarra

Susana Pérez, del portal gastronómico Webos Fritos, tiene claro que se queda con la que elabora esta empresa sevillana: “Entre las clásicas, la mejor para mi gusto es la que produce Ybarra con aceite de oliva. Está muy bien conseguida y tiene una textura muy buena, con el punto exacto de untuosidad”. A pesar de que se considera “poco amante” de las salsas industriales, Susana afirma que esta en concreto “queda muy rica como acompañamiento de pescados al horno que no van muy especiados”. Precio: puedes comprar el tarro con 225 ml por 1,89 euros en Carrefour.

Mayonesa con aceite de oliva, de Musa

“Aunque en el 90% de las ocasiones preparo la mayonesa en casa al momento, con bien de ácido, todos tenemos momentos en los que caemos. Sobre todo recurro a las de bote cuando voy a preparar algo para llevar a un picnic o a viajar en coche”, relata el gastrónomo Jorge Guitián. “De entre las de supermercado mi preferida es Musa, la versión elaborada con aceite de oliva”, comenta Jorge, que continúa: “Es cierto que, si miras la lista de ingredientes, tiene algún aditivo más que otras, pero la textura y el punto de cítrico me parecen muy logrados para sándwiches vegetales, por ejemplo, en los que acompaña sin comerse el sabor del resto de ingredientes”. Precio: el frasco de 225 ml está en El Corte Inglés a 2,05 euros.

Mayonesa de aceite de oliva, de Santa Teresa

Parece que no hay sitio en nuestra lista para el aceite de girasol. Como las dos anteriores, esta también se prepara con aceite de oliva, y nos aconseja probarla la recetera comidister Clara Pérez Villalón: “Para clásica, se lleva la palma la de aceite de oliva de Santa Teresa. Me parece que está muy lograda tanto en sabor como en textura, se me parece muchísimo a la de toda la vida, es cremosa y perfecta para no tener que hacer mahonesa en casa nunca”, describe y halaga Clara. Precio: un bote de 125 ml cuesta 1,40 euros en supermercados como Alcampo.

VEGANAS

Mayonesa vegana Hellmann’s

“La verdad es que antes de probarla no daba mucho por ella por la gran diferencia que hay en ingredientes entre la vegana y la tradicional”, comenta Virginia García, de CreatiVegan. “Pero lo cierto es que está muy aceptable. Color, indistinguible de una mayonesa tradicional, y sabor lo mismo. Muy buena textura y untuosidad, se deshace muy bien en la boca. No es líquida como otras marcas, no, mantiene la forma y da el pego totalmente”, detalla Virginia. Para su gusto está un poco ácida y “se pasan de sal”, por lo que recomienda no utilizarla para dulces y sí para gratinar seitán, coliflor o lo que te apetezca en el horno. “Esta mayonesa se debe estar ganando el corazón -y los estómagos- de mucha gente porque la venden en casi todas partes y es bastante económica”, remata esta cocinera. Precio: un bote de 270 gramos está a 1,99 euros en Carrefour.

Mayonesa sin huevo Plamil

Siguiendo la blanca estela de las versiones veganas, la segunda recomendación que nos hace Virginia García la fabrica la compañía británica Plamil: “De todas las que tiene me quedo con la original; no sabe tanto a mayonesa industrial y desde luego no es tan ácida y salada como otras. Tiene una textura un poco más viscosa que viene genial a la hora de untarla en cualquier cosa, pero también para suavizar texturas de cremas y patés vegetales. Se nota que lleva azúcar para compensar la acidez, pero no sabe dulce”, describe García. La creadora de CreatiVegan la ha utilizado para dorar brochetas tipo yakitori, y, según afirma, “carameliza y forma una capa supersabrosa sobre los ingredientes”. “También va bien en bizcochos y magdalenas, especialmente si llevan cacao, porque no es muy ácida y su sabor no se nota”, añade Virginia. Precio: puedes comprarla en tiendas de productos veganos por un precio aproximado de unos 4 euros.

FRANCESAS

Mayonesa con mostaza Natura

El secretario general del sindicato Comidista, Mikel López Iturriaga, lo deja claro de antemano: “Odio la mayonesa de bote”. Así, sin titubeos. “No sé si eso da más valor a la de Natura, pero para mí encontrar esta marca belga ha sido una gran noticia: sabe a huevo de verdad, tiene una textura agradable y cremosa -ni un espesante en su composición- y el punto de acidez es el que me gusta”, dice Mikel. Y advierte de que esta no es una de las clásicas: “Aviso de que también lleva mostaza, por lo que algunos no la identificarán como mayonesa, pero es que en Bélgica -como en Francia- les gusta así”, comenta López Iturriaga. Precio: el tarro de 160 gramos cuesta 3,50 euros en El Corte Inglés.

Mayonesa con mostaza Maille

Tal y como ha comentado antes el emir de El Comidista, los franceses no conciben la mayonesa ni con clara de huevo ni sin mostaza, y esta es una de las versiones industriales más vendidas. “La preparan con aceite de colza, que le da un sabor suave y deja vidilla a la mostaza”, declara la editora jefa comidister Mònica Escudero, fan de este producto de la marca Maille. Según aconseja Mònica, se puede usar tanto en platos fríos como calientes: “Va genial en un pescado al vapor o a la plancha, con patatas cocidas o asadas o como base para todo tipo de vinagretas”. Precio: el tarro de 320 gramos sale a 2,77 euros en Alcampo.

CON COSITAS

Mayonesa con wasabi Kewpie

Tal y como explica Mònica Escudero, la mayonesa japonesa se parece mucho más a la francesa porque se prepara solo con yema en lugar de con el huevo entero, como solemos hacer por aquí. “Esta de Kewpie concretamente lleva cuatro yemas por cada 500 g de mayonesa, lo que le da una textura cremosa y un sabor muy característicos. También tiene un puntito dulce, otro salado y un toque de acidez, lo que nos lleva al famoso y buscadísimo efecto umami”, relata Mònica. Y de entre todas las que produce esta empresa asiática, su preferida es la que lleva un toquecito de wasabi: “Está buenísima en ensaladas arroz o de patata, con huevos duros, con salmón ahumado, con pollo o con onigiri”. Precio: por unos 7 euros puedes comprar un bote de 300 ml en alguna tienda especializada en cocina japonesa.

Mayonesa picante ESpicy

En estas virtuales páginas ya hablamos hace un tiempo de ESpicy, una empresa española que elabora varios tipos de salsas picantes: una especie de sriracha con zanahoria y naranja, kétchup, una con miel, otra con trufa y, también, una mayonesa. Este último producto es uno de los favoritos de la cocinera y recetera comidista Clara Pérez Villalón: “Me declaro fan de la ESpicy Mayo, que está buenísima y le da un puntazo picante a todo lo que quieras, pero en su justa medida”, afirma. Precio: en la página web de la marca puedes comprar un bote de 250 ml de esta salsa por 4,95 euros.

Mayonesa con sriracha Flying Goose

Esta conocidísima marca de sriracha -la salsa picante del sudeste asiático que hace unos años no tomaba casi nadie pero ahora hasta tu tía abuela se la echa al potaje- vende también una mayonesa. No lleva huevos, por lo que es apta para veganos, y sí varios aditivos que le confieren una textura uniforme y tersa, nada cremosa. El nivel de picante es bastante tolerable, no hace falta beberte siete bricks de leche, y el sabor recuerda mucho a la sriracha, con ese toque de ajo y un punto algo dulzón, ideal para aderezar un bocadillo o un sándwich. A los amantes de ambas salsas, como yo, se os quedarán pequeños los botes, os lo aseguro. Precio: en tiendas de alimentación asiáticas cuesta sobre unos 3,50 euros el bote de 200 ml.




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