Poco tardaba Dillon Brooks en fanfarronear en un momento en el que todo le va sobre ruedas en lo colectivo y lo individual, en semifinales Canadá del Mundial con él como héroe nacional, pesadilla de Luka Doncic en los cuartos de final contra Eslovenia.
Desde luego, tiene el alero de los Houston Rockets motivos para reivindicarse como hizo en declaraciones a Sportal.gr:
“Siento que soy el mejor defensor perimetral en la liga, en la NBA, en el mundo. Siento que puedo traer un tipo diferente de defensa a través de mi IQ en el juego, pero también con la disciplina que tengo cuando estoy en la pista”, presumió Brooks en conversación con Christos Tsaltas en la previa del Canadá – Serbia de hoy de semifinales (10:45, hora española y en directo por MD).
“Queremos anotar cerca del aro y al mismo tiempo encontrar tiros libres, será clave para nosotros. Queremos que la energía en defensa se traduzca en ataque y jugar rápido”, destacó Brooks, ojito derecho de Jordi Fernández con la ciega confianza que tiene en él el entrenador de Badalona, quien, eso sí, le dio un toque de atención tras el choque ante Eslovenia pese a su buen trabajo por acabar expulsado.
Brooks está promediando 11 puntos, 2,3 rebotes y 2,5 asistencias en 25 minutos con un 66,7% en tiros de campo y un 55,6% en triples, nada que ver con el 24,7% que firmó en playoffs contra los Lakers y uno de los motivos por los que tuvo que aguantar mucha sorna. A sus ‘haters’ de la grada les tira besos por cada triple que anota y de ello habló también el polémico alero:
“¿Cuántos besos me quedan por dar? Depende de los triples que haga. 3,5,7, no lo sé para ser sincero. Depende de los tiros libres que tome y entren”, concluyó Brooks, quien hoy irá de nuevo a la lucha contra la Serbia de Svetislav Pesic para meterse en la final, en busca Canadá de su primera medalla en la historia. Tiene claro Brooks que este es el Mundial de Canadá. Y también el suyo.