Dimite la directora general de Bellas Artes tras solo un año en el puesto


Dolores Jiménez-Blanco, directora general de Bellas Artes y la máxima responsable de la conservación del patrimonio nacional, ha presentado su dimisión este martes, según adelantó Eldiario.es y ha confirmado a este periódico el Ministerio de Cultura, que explica que su marcha se debe a su deseo de volver a la universidad. Jiménez-Blanco (Granada, 61 años), historiadora del arte de profesión, llegó al cargo a propuesta del anterior ministro, José Manuel Rodríguez Uribes. Fuentes de Cultura han confirmado que la experta dejará su cargo a finales de este año y niegan que su salida se deba a discrepancias con la dirección del ministerio. La directora general de Bellas Artes no ha respondido a las llamadas de este periódico.

Jiménez-Blanco ha sido la segunda mujer en 100 años en ponerse al frente de la Dirección General de Bellas Artes (la primera fue Ángeles Albert en 2009 con la ministra González-Sinde) y ha dedicado gran parte de su mandato a buscar alianzas y recursos para rescatar a un sector herido de muerte por la pandemia. Dependientes de esta cartera son los 16 museos estatales y otros 60 de gestión transferida.

Según la información publicada en eldiario.es, las presiones de las comunidades autónomas para que vuelvan a los lugares donde fueron halladas hace un siglo piezas emblemáticas de la arqueología española como la Dama de Elche, la de Baza (joyas de la escultura ibérica) o los toros de Costix (astados talayóticos en bronce), actualmente en el Museo Arqueológico Nacional, han podido ser una de las causas de su dimisión, lo que ha negado tajantemente a este diario el Ministerio de Cultura.

El pasado sábado, EL PAÍS publicó una entrevista con el director del Arqueológico, Andrés Carretero, en la que se mostraba completamente contrario a que las piezas retornasen a sus comunidades autónomas como promueve la Ley de Patrimonio de 1985. El anteproyecto de reforma de esta norma aprobado por el equipo de Uribes fue rechazado por los Gobiernos autonómicos, lo que ha provocado que Iceta lo esté sometiendo a revisión actualmente.

Carretero, uno de los más reputados arqueólogos nacionales, consideraba en la entrevista con este diario que las devoluciones producen “una dispersión de las colecciones, una falta de atención por carencia de presupuestos suficientes. En este país no puedes tener 8.000 museos, uno en cada municipio, en estado digno. Ocho mil instituciones funcionando… Es inviable y muy contraproducente para la investigación arqueológica”.

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Para el director del Arqueológico, lo que deben hacer las autonomías es “aumentar las investigaciones en el lugar donde se hallaron, porque el patrimonio no se acabó hace cien años, cuando aparecieron la Dama de Elche o la de Baza y llegaron al museo arqueológico estatal. Hay interesantísimos bienes por descubrir que pueden exponerse en museos autonómicos, provinciales o locales, en vez de andar reclamando”. Carretero admitía también que los ministros de Cultura llegan al cargo presionados por las comunidades, pero que cuando se les explica la situación “comprenden”.


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