La principal diplomática del gobierno del presidente Donald Trump para América Latina presentó su renuncia en medio de disputas internas sobre las políticas migratorias para la región, aseguraron funcionarios federales estadounidenses.
La subsecretaria del Departamento de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Kimberly Breier, dejó el cargo a principios de la semana, revelaron el miércoles dos funcionarios y un asistente del Congreso, aunque ofrecieron diferentes versiones de su partida.
Indicaron que Breier citó motivos personales, pero los dos funcionarios dejaron entrever que dejó el cargo por las diferencias respecto al reciente acuerdo migratorio que Estados Unidos firmó con Guatemala. El asistente del Congreso afirmó que la salida de Breier estaba relacionada principalmente con sus responsabilidades familiares.
Los funcionarios y el asistente solicitaron el anonimato porque no estaban autorizados a hacer comentarios sobre asuntos relacionados con el personal. El Departamento de Estado se abstuvo de momento de hacer declaraciones.
The Washington Post, el primer medio en reportar la renuncia de Breier, informó que la funcionaria tuvo diferencias con la Casa Blanca respecto a un acuerdo con Guatemala al que se oponen varios defensores de los derechos humanos. A través de un tuit, la hija del presidente Ivanka Trump, le agradeció a Breier por su “amistad y gran servicio” y informó que extrañará trabajar con ella.
Breier es la segunda funcionaria de alto rango del Departamento de Estado que sale del gobierno este mes. La semana pasada, Kiron Skinner, directora de planeación de política del Departamento, fue destituida debido a quejas sobre el estilo de su gestión, dijeron las fuentes.
El gobierno de Trump ha tenido dificultades para llenar numerosas vacantes diplomáticas de alto nivel y hasta hace apenas poco tiempo el Senado ratificó los nombramientos de diplomáticos para el este de Asia y el Pacífico y para Oriente Medio. Los cargos de subsecretario de Estado para el Sur y Centro de Asia y para Europa son ocupados en forma interina.
Breier, especialista en asuntos sobre México, se integró en el gobierno de Trump en octubre de 2018, después de una carrera en los sectores público y privado centrada en América Latina. Fue elogiada por sus comentarios y análisis sobre la región cuando estuvo en el Consejo de Seguridad Nacional durante el gobierno del presidente George W. Bush.
Sin embargo, su negativa a testificar ante el Congreso siquiera una sola vez durante los 10 meses que estuvo en el cargo irritó a diversos legisladores.
Durante una sesión a puerta cerrada de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado hace apenas dos semanas, los republicanos Marco Rubio y Todd Young manifestaron su disgusto de que ella o alguien de su oficina no aceptaran testificar en dos audiencias programadas sobre Centroamérica y Colombia, según dos colaboradores del Senado, que solicitaron el anonimato porque no estaban autorizados a hacer declaraciones sobre el asunto.
Es sabido que Breier tenía una disputa con Mauricio Claver-Carone, su contraparte del Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional, dijeron los dos colaboradores.
También informaron que a ella la habían marginado de participar en el diseño de la política para Venezuela, en la que la inmigración y el comercio figuran como los desafíos más apremiantes en la región, después de que Trump nombró a Elliott Abrams enviado especial para el país sudamericano, que enfrenta una crisis grave.
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