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“Dios me dio un ojo izquierdo malo, pero un brazo izquierdo bueno”: Julio Urías | Video

El zurdo de 24 años, nacido en Culiacán, sigue los pasos de Fernando Valenzuela, tras conseguir su primer título en las Grandes Ligas con Dodgers de Los Ángeles.

Recetó un chocolate a la adversidad…

Julio César Urías (Culiacán, 1996) es uno de los héroes para Dodgers de Los Ángeles, equipo que este martes conquistó el título de las Grandes Ligas, séptimo en su historia y primero desde 1988, cuando otro mexicano, Fernando ‘El Toro’ Valenzuela, todavía era parte del equipo californiano.

La relación entre los lanzadores mexicanos y Dodgers será siempre una de las más importantes para el equipo. Antes era precisamente por lo que Valenzuela les entregó en sus años de oro, pero ahora también es por Urías, quien tuvo una actuación magistral a lo largo de la postemporada y que coronó con un salvamento que le dio el ansiado Trofeo del Comisionado a la novena angelina, luego de los dolorosos tropiezos en 2017 (Houston) y 2018 (Boston).

El camino del zurdo sinaloense de 24 años en el beisbol ha sido complicado, sobre todo en su infancia, pues se tuvo que someter a varias operaciones en su ojo izquierdo, donde desde muy temprana edad se le detectó un tumor benigno que no le permitía ver al cien por ciento.

“Es un tumor de nacimiento que, ni hablar, así quiso Dios que naciéramos y ni modo, es la que nos tocó. Hasta ahorita no me ha tocado algo grande que me haya afectado, sino que de chiquito sí las operaciones que tuve y pues la llevada a los Seguros de Guadalajara y Obregón, y pues durar un mes allá a veces con la operación, nos quedábamos a veces con un tío, en hoteles pagando y eso, pero yo pienso que desde chiquito fue la única complicación”, relató el serpentinero en entrevista para ESPN en el ya lejano 2015, cuando apenas era un prospecto de las Grandes Ligas.

Más allá de las dificultades que le hizo pasar en su niñez, así como los esfuerzos extras que tuvieron que hacer sus padres, Urías Acosta nunca permitió que su situación le afectara. “Dios me dio un ojo izquierdo malo, pero un brazo izquierdo bueno”, señaló el propio  lanzador que ahora puede presumir de ser campeón de la Serie Mundial.

El nacido en Culiacán ha recordado en varias ocasiones que durante sus inicios como pelotero, muchos scouts dudaban de su capacidad debido a su problema en el ojo. Sin embargo, recibió la confianza de los Diablos Rojos del México y sobre todo de Dodgers.

Su debut en Grandes Ligas fue en mayo de 2016 en un partido ante los New York Mets con apenas 19 años, convirtiéndose en el lanzador más joven en debutar en la MLB desde Félix Hernández en la temporada 2005.

Y comenzó la ilusión por tener a un nuevo pitcher mexicano en los Dodgers, recordando los tiempos de la ‘Fernandomanía’ en la década de los ochentas. Pero Urías no se dejó afectar por la presión, señalando que lo único que quería hacer en la novena angelina era triunfar.

“Yo sólo pienso en el trabajo, muchas veces me ha tocado leer reportajes que sacan en la prensa, trato de no elevarme y decir, ah, soy el mejor zurdo, soy el mejor esto, soy el mejor, porque eso no me va a llevar a nada, yo sé quién soy, Fernando Valenzuela es el mejor pitcher que ha sacado México y a mí no me queda más que seguir entrenando porque aún no he logrado mi sueño de lanzar en Grandes Ligas, pero con el favor de Dios, llegaré a la meta”, dijo el lanzador mexicano.

Urías tuvo sin duda el mejor año de su carrera y así lo demostró en la psotemporada, donde no sólo alcanzó, sino que superó a Valenzuela como el mexicano con más victorias en Playoffs con seis y con únicamente dos derrotas.

Fue clave para que Dodgers avanzaran a la Serie de Campeonato y a la Serie Mundial, misma en la que volvió a brillar al sacar los últimos siete outs en el decisivo Juego 6.

A sus 24 años, Julio César Urías Acosta se perfila para convertirse en el pelotero mexicano más grande de todos los tiempos.

(Con información de Marca Claro)




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