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Dirección de Carrera le quita un triunfo merecido a Vettel ante Hamilton

A la séptima no fue la vencida. Esta vez no pasó nada extraño en el Ferrari. Ningún falló de fiabilidad ni de estrategia. Pero Dirección de Carrera asumió un protagonismo que no debería tener en ocasiones así. Las carreras de F1 son carreras. debe haber peleas. Los denominados ‘lances de carreras’. Es lo que quiere la gente. Incluso la F1 ha reiterado que quiere que haya más lucha en pista, más emoción. Pero a su vez, se dispara en sus propios zapatos con excesivas penalizaciones como la de este domingo impusieron los comisarios en el GP de Canadá a un Vettel que no podía creer lo que había sucedido. Había aguantado durante más de 20 vueltas a Hamilton de forma feroz.

Es cierto que sufría más con su coche que lo que lo hacía el inglés con el Mercedes, pero supo aguantar hasta que en la vuelta 47 se salió fuera de la pista. Al volver, estuvo a punto de tocar al británico. Se hizo largo y Lewis tuvo que levantar el pie para evitar el impacto.

Así fue el incidente entre Vettel y Hamilton

La acción podría ser sancionable. Sí. Pero es comparable a aquellos penaltis dudosos que se cometen durante un último minuto de prórroga. Aquellos que los árbitros evitan pitar para no ser protagonistas ni decidir el choque. Pero en Montreal, se llevaron el silbato a la boca. 5 segundos de penalización para Vettel, que ganó sobre la pista, pero perdió en los despachos ante un Hamilton que sumó su victoria número 78 en la F1 y la séptima consecutiva para Mercedes, que si algo ha demostrado este curso, es que no necesita este tipo de ayudas para imponerse a lo largo del año.

Vettel empezó muy fuerte

En esta ocasión, ni hubo ningún fallo en Ferrari, y así, es mucho más fácil lograr los objetivos. Primer triunfo para los italianos y para Vettel este año para acabar, por lo menos por un fin de semana, con el aplastante dominio de los Mercedes en este 2019. Mucho tuvo que ver también el temple del germano para que Maranello pudiera celebrar por fin una victoria, y es que el tetracampeón también supo confirmar su superioridad sin cometer un solo error al inicio y supo sufrir ante la enorme presión que le metió Hamilton en durante más de 20 vueltas. Hacía 17 Grandes Premios que no salía desde la pole. La última vez que lo hizo fue en Alemania 2018, cuando perdió la carrera de forma incomprensible terminando contra el muro. Y en esta ocasión, en un momento de máxima tensión para Ferrari, consciente de que no podía fallar, Sebastian podía acabar con sus fantasmas del pasado y hacerse fuerte vestido de rojo con una enorme defensa sobre el inglés.

Así, Vettel mataba dos pájaros de un tiro. No solo iba a acabar con su sequía y la de los italianos, que duraba desde Spa 2018, su último triunfo del pasado año antes de caer en jaque mate por su propio pie, sino que también pudo sacar pecho ante todos aquellos que no cesaban de criticarle por su falta de reacción ante un Leclerc que parecía asfixiarle en las primeras carreras. Pero el joven muchacho deberá esperar. El comandante germano levantó la voz este fin de semana y Charles no osó ni contestarle. Ni un reproche. En Canadá, Sebastian fue mejor y no hubo tiempo para discusiones., aunque el final no fuera el deseado en Maranello.

En las largas rectas de Montreal, Ferrari debía hacerse grande y así lo hizo. Parecía haberse transformado. De ser el ‘poni’ fallón de las primeras citas a un ‘Cavallino Rampante’ capaz de pelear contra los Mercedes, cabalgando a toda velocidad hacia el triunfo en un terreno favorable, en el que sus herraduras, los neumáticos Pirelli, no le generaban inconvenientes para ponerlos en buena temperatura debido al calor que hacía en pista, más de 50 grados.

Todo cambió: Vettel y Hamilton casi se tocan

Así, con los planetas alineados, era muy difícil perder. Y no fue porque Hamilton no lo intentara. Para colmo, este domingo fue Mercedes el que parecía tener contratiempos impropios de su equipo. Lewis sufría una fuga hidráulica antes de la carrera que sus chicos solventaron a tiempo y parecía no tenerlas todas en cuanto al rendimiento del embrague en la salida. Pero el de Stevenage continuó. Nunca se rinde. Y lo intentó sin cesar. Primero, tratando de buscar el ‘overcut’ sobre Vettel sin suerte. Arriesgó y no le salió. Pero no tiró la toalla y tras la parada, con mejor ritmo, se enganchó a la parte trasera de un Sebastian que era más lento.

Vettel se defendió. Lo hizo usando de escudo a cualquier doblado que se encontrara y aprovechando su velocidad punta en recta. Motor y rendimiento aerodinámico para parar a la ‘flecha’ más afilada de la parrilla. La presión de Lewis rápidamente hizo mella en un Vettel que debía resistir. Y ahí llegó un fallo que pudo ser clave. En la vuelta 47, el teutón perdió el control de su coche y se fue por la hierba, volviendo a pista cerrando a Hamilton, que tuvo que levantar el pie para evitar el accidente. De tener la carrera bastante controlada, a poder perderla en un abrir y cerrar de ojos. En Ferrari, la tensión se cortaba con un cuchillo, pero el teutón aguantó la envestida, aunque esté claro que esta carrera tan solo sea un oasis en el desierto de Ferrari, una concesión del destino, puesto que en un trazado favorable para los italianos, sufrieron mucho para frenar a Hamilton. ¡Cómo echábamos de menos estas batallas! Aunque no tiene pinta de que vayan a repetirse muy a menudo. Y de hacerlo, Dirección de Carrera no debería meterse de por medio.

Sainz roza los puntos

Carlos Sainz rozó los puntos. Estuvo muy cerca. Finalizó 11º. Pero como Vettel, también le afectó demasiado una dudosa y excesiva penalización recibida tras la clasificación. Sin ella podría haber salido noveno, y con la carrera que hizo este domingo, hubiera puntuado segundo. No obstante, no pudo demostrarlo. se tuvo que conformar con salir undécimo y luchar contra viento y marea por unos puntos que al final se resistieron.


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