NACIONES UNIDAS — Los líderes de dos de las naciones más observadas del mundo, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el de Irán, Ebrahim Raisi, subirán al estrado en el segundo día de la Asamblea General de Naciones Unidas, la primera totalmente presencial desde el inicio de la pandemia del coronavirus.
Pero la mayor atracción de este miércoles será probablemente el único líder que será visto y oído, pero no estará físicamente en la sede de la ONU: el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, cuya nación está en guerra con Rusia.
La asamblea de 193 miembros aprobó la semana pasada que Zelenskyy ofrezca un discurso pregrabado por la continua necesidad de hacer frente a la invasión rusa, una excepción al requisito de que todos los líderes deben intervenir en persona. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, no asistirá al encuentro anual de líderes.
Como era de esperar, Ucrania ha sido el centro de atención en la asamblea y, un líder tras otro, condenaron a Rusia por su ataque a una nación soberana. La guerra, que ha se ha cobrado ya la vida de miles de personas, está elevando el precio de los alimentos en todo el mundo así como el costo de la energía, algo que preocupa especialmente ante la cercanía del invierno en el hemisferio norte. Además, ha avivado el temor a una catástrofe en la mayor central nuclear de Europa, ubicada en el sureste del país, que ahora está ocupado por las tropas rusas.
Los líderes de muchos países están tratando de evitar la expansión del conflicto y restablecer la paz en Europa. Los diplomáticos, sin embargo, no esperan avances en la cumbre de esta semana en la sede de la ONU, donde casi 150 líderes se dirigirán a sus homólogos y al mundo.
DISCURSO DE BIDEN
Está previsto que el discurso de Biden este miércoles se centre en la guerra en Ucrania luego de que en las últimas semanas las tropas de Kiev retomaron el control de grandes franjas de territorio cerca de Jarkiv, que habían sido capturadas por Moscú al inicio de un conflicto que dura ya siete meses.
Pero pese a las victorias ucranianas en el campo de batalla, gran parte de Europa siente el impacto doloroso de las sanciones decretadas contra Rusia en respuesta a la invasión de su país vecino.
En la Casa Blanca preocupa cada vez más que Putin pueda intensificar el confito tras los reveses recientes. En una entrevista con el programa “60 Minutes” de la televisora CBS-TV que se emitió el domingo, Biden advirtió a su homólogo que desplegar armas nucleares o químicas en Ucrania recibiría una respuesta “consecuente” de Estados Unidos.
La visita de Biden a la ONU se produce también en un momento de aparente estancamiento en los esfuerzos de su gobierno por revivir el histórico pacto nuclear alcanzado con Irán en 2015. El acuerdo — forjado por el expresidente Barack Obama, y abandonado por su sucesor, Donald Trump, en 2018 — supuso un alivio de miles de millones de dólares en sanciones a cambio del compromiso de Teherán a desmantelar gran parte de su programa nuclear y abrir sus instalaciones a inspecciones internacionales.
El presidente Ruso acusó a Occidente de ejecutar “el proyecto ‘anti-Rusia’, cerrar los ojos a la difusión de la ideología neonazi y a los asesinatos masivos en el Donbás.
DISCURSO DEL PRESIDENTE DE IRÁN
El presidente de la República Islámica dijo que no tiene planes para reunirse con Biden en el marco de la cumbre. Raisi calificó su primera aparición ante Naciones Unidas como líder iraní como una oportunidad para explicar al mundo la supuesta “malicia” que países no identificados y las potencias mundiales tienen a su nación, pero no ofreció más detalles.
Irán ha enfrentado críticas internacionales por la muerte de una mujer retenida por la policía de la moral, lo que provocó días de protestas que incluyeron enfrentamientos con las fuerzas de seguridad en la capital y otros disturbios en los que fallecieron al menos tres personas.
La oficina de Derechos Humanos de la ONU pidió una investigación. Estados Unidos reclamó a Irán que acabe con la “persecución sistémica” de las mujeres. Italia condenó también el deceso.
Las autoridades iraníes desecharon las críticas al considerar que tienen motivaciones políticas y acusaron a países extranjeros, a los que no identificaron, de fomentar el descontento.
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