Apenas 48 horas después de que el cantante Raphael congregara a 5.000 espectadores en el WiZink Center de Madrid para cada uno de sus dos conciertos de este fin de semana, el Real Madrid recibirá al Alba Berlín en el mismo escenario pero en este caso sin un sólo aficionado en las gradas.
La incoherencia de las restricciones por la epidemia se pone de manifiesto de nuevo y eso ha empezado a generar inquietud y ‘mosqueo’ en los profesionales.
“En casa es importante sentirte seguro. Ahora que no hay público te falta un poco eso. Desearíamos jugar con nuestro público y nos gustaría tener ambiente en el campo y la sensación de que es nuestro sexto hombre. Nos sorprende cuando vamos fuera a jugar y hay público, pero ya está. Lo aceptamos y tenemos que ser capaces de saber que ese aliento está, aunque no esté presente”, dijo el entrenador del Madrid Pablo Laso este lunes en la previa del choque con el equipo de Aíto García Reneses.
“Es muy importante ganar en casa. Hemos ido a algún sitio con público, pero nosotros no hemos tenido todavía esa suerte”, subrayó el base Nicolás Laprovittola.
El caso es que en competiciones europeas, a diferencia de la Liga Endesa, rige el criterio de la comunidad autónoma para dictaminar las restricciones y ésta es la que permitió el acceso de espectadores a los conciertos del fin de semana. Las imágenes son impactantes aunque se argumenta que hubo distancias de seguridad y medidas ajustadas al protocolo pero la pregunta es ¿por qué no se permite que los partidos de basket también puedan adoptarlas?
Para ver un partido del Madrid no se admite público pero Raphael canta dos veces en el WiZink Center
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