Hay noches y rivales que no apetecen. Hay días perezosos y Luka Doncic, por mucha perfección que aparente, no es ajeno a ellos. Estabilizada la situación de Dallas en la clasificación -cuarto en el Oeste-, viniendo de partidos de 50, 60 y 51 puntos y ante uno de los peores equipos de la NBA por ahora como los Rockets a los que ya le había metido una de esas anotaciones, los 50. Y Año Nuevo. Nada ayudaba para motivarse y, sin restar mérito a Houston, el esloveno se impregnó de todo ello, sólo 10 puntos y un pobre 3/12 en tiros en una mala primera parte para los Mavericks (56-44). Pero 29 tantos y un 7/14 en lanzamientos en la segunda para acabar con 39 y ganando (111-106). Igual, si llega a saber que Donovan Mitchell pulverizaría sus 60 puntos con 71, habría sido otro cantar.
Cuando Doncic dice que hay que remontar, hay que remontar. Cuando Luka dice se gana, se gana. Para perezosos los Mavericks, porque siempre acaban pidiendo al esloveno que le haga la faena, del todo perdidos, mustios cuando su líder de pista y de vestuario no está bien o no está.
Puede que algún día, a final de temporada, cuando todo se ponga serio en los play-offs y no haya margen para el error, el equipo de Jason Kidd se acabe acordando de cuánto pidió a Doncic, hasta 41 minutos en pista esta noche. El quinteto titular estuvo en su onda, con 21 puntos para Tim Hardaway Jr. y Christian Wood, y 11 para Spencer Dinwiddie, 11 aunque con un mal día en el tiro con un 4/12.
Y en muy mal lugar quedó el banquillo, con un total de 11 puntos, aunque Kidd sólo utilizó más 10 de minutos a Dwight Powell (6 tantos) y Frank Ntikilina (0). Kemba Walker anotó 2 en 5 minutos y Theo Pinson, 3 en casi 5. En los Rockets, Usman Garuba, 11 minutos en cancha esta vez, registró 6 puntos con un 2/2 en tiros y 3 rebotes, mientras que, en la línea de lo que siempre es Houston, Kevin Porter Jr, con 25 puntos y Jalen Green, con 20 fueron los máximos anotadores de la también franquicia de Texas. Doncic nunca le falla a los Mavericks. Pero todo tiene un límite.