Luka Doncic, que se había perdido el último partido de los Dallas Mavericks por una pequeña lesión, regresó a lo grande para tumbar a los Houston Rockets de James Harden por 100-113 con su primer triple-doble de la temporada.
El esloveno anotó 33 puntos, consiguió 16 rebotes y repartió 11 asistencias en los 38 minutos que disputó. Además, rompió una nueva frontera al superar las 1.000 asistencias en la NBA: es el undécimo jugador en conseguirlo antes de los 22 años.
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Doncic ha tenido un arranque de temporada con luces pero también con sombras, especialmente en su puntería de cara al aro desde el perímetro (16 % en triples).
Contra Houston mejoró algo su efectividad desde la línea de tres (3 de 10) y lo compensó con un notable acierto en el resto de lanzamientos (12 de 25 en tiros de campo), pero la parte negativa de su estupenda noche vino con las 8 pérdidas que tuvo en ataque.
Doncic no participó en el partido del domingo en el que los Mavericks cayeron ante los Chicago Bulls (118-108) debido a un golpe en su pierna izquierda.
Su participación en el duelo texano ante los Rockets se mantuvo en duda hasta el final, pero no parece que la leve lesión le afectara para nada en su rendimiento puesto que solo en el primer cuarto anotó 12 puntos y capturó 5 rebotes.
Además de Doncic, los Mavericks, que ahora se quedan con un balance de 3 victorias y 4 derrotas, contaron hoy con la aportación brillante de Tim Hardaway Jr, autor de 30 puntos con una serie de 8 de 10 en triples.
Por parte de los Rockets sobresalieron Christian Wood (23 puntos y 7 rebotes) y James Harden (21 puntos con 5 de 17 en tiros, y 10 asistencias). Eric Gordon aportó 20 desde el banquillo y John Wall estuvo discreto con 14 tantos.
Los Mavericks con Doncic al timón controlaron el partido de principio a fin frente a unos Rockets muy erráticos (11 de 40 en triples) que solo en momentos muy concretos se acercaron en el marcador.
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Aun así, el conjunto de Houston llegó con opciones al tramo final (87-89 a falta de 8 minutos en el último cuarto), pero los de Dallas conservaron la calma y no dejaron escapar la victoria.
Al partido no le faltó nada de tensión y prueba de ello fueron las numerosas técnicas que se pitaron, como las que recibieron Doncic o Harden o las dos consecutivas que mandaron expulsado al vestuario a DeMarcus Cousins cuando el pívot de los Rockets no llevaba ni tres minutos en pista.
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