El día de Santo Tomás tiene un componente extra de emotividad para Ander
Barrenetxea. Un 21 de diciembre de 2018, tal día como hoy hace dos años, debutó con la Real. La fecha, con independencia del resultado, merece quedar grabada en la joven retina del donostiarra.
Era un juvenil de 16 años y se convirtió en un pionero, por ser el primer futbolista en jugar en Primera con esa edad en el Siglo XXI. Barrenetxea fue asimismo el segundo más joven en debutar en la historia de la Real Sociedad. Un control exquisito en las inmediaciones del área en los cinco minutos que estuvo sobre el césped fue la carta de presentación de un talento precoz, de una joya de la corona. Y un soplo de aire fresco en tiempos grises: aquel 0-1 en Anoeta contra el Alavés derivó en la destitución de Asier
Garitano como entrenador.
Dos años después, Ander
Barrenetxea crece sobre la banda izquierda de la Real. A pierna cambiada, como le gusta a Imanol. Con driblings de artista, conducciones plagadas de calidad, intervenciones en los goles o grandes tantos como el que marcó hace dos jornadas al Eibar. Barrenetxea, que con 18 años se ha estrenado ya como internacional sub-21, está a 200 minutos de igualar su participación de toda la temporada pasada. Y falta la mitad de la presente.
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