Dos años de prisión para el propietario de Marina d’Or por imprudencia en el ahogamiento de una menor



Imagen de archivo de la entrada al complejo hotelero Marina d’Or, en Oropesa de Mar (Castellón).Angel Sanchez

La titular del Juzgado de lo Penal 3 de Castellón, Gema Sánchez, ha condenado al presidente y propietario de Marina d’Or, el empresario Jesús Ger, a dos años de prisión como autor de un delito de homicidio por imprudencia en la muerte por ahogamiento, en 2015, de la joven de 16 años L. R. F. en una piscina del complejo hotelero, en Oropesa del Mar. La sentencia, a la que ha tenido acceso EL PAÍS, considera que Ger era, “en última instancia”, el responsable de que las medidas de seguridad del hotel se cumplieran, algo que, según el fallo, no ocurrió en este suceso y provocó la muerte de la menor.

Junto a él también han sido condenados a penas que oscilan entre los dos años y los 18 meses de prisión otras cinco personas, todas ellas empleados Marina d’Or, como autores del mismo delito. La sentencia les impone, además, el pago de una indemnización de 180.000 euros a los padres y hermanos de la joven fallecida, de la que serán responsables civiles subsidiarios la compañía que gestiona el establecimiento, Hoteles Marina d’Or SL, y la aseguradora. La sentencia aún no es firme y admite recurso ante la Audiencia Provincial de Castellón. La defensa del empresario ha declinado confirmar a este diario si ejercerá esta posibilidad.

El suceso por el que ahora ha sido condenado Ger se produjo poco antes de las ocho y media de la tarde del 4 de abril de 2015, cuando la menor caminaba junto a sus hermanos “por el interior del vaso principal de la piscina del Balneario de Agua Marina” del complejo en una zona que, según recalca el fallo, era “de libre acceso para cualquier usuario”. En ese momento, la menor quedó sumergida al quedar su brazo derecho atrapado “en el interior de un orificio de succión de agua existente en la pared de la piscina”. El fallo recalca que, en aquel momento, aquella apertura “se encontraba desprotegida, sin contar con una rejilla protectora ni con una cruceta en su interior o medida de seguridad que impidiera que cualquier usuario introdujera alguna parte de su cuerpo en el interior de dicho tubo”.

Intentos de socorro

Tras percatarse de lo ocurrido, los dos hermanos de la joven intentaron socorrerla y, al no lograrlo, pidieron ayuda a dos socorristas de la piscina, detalla la sentencia. Pese a los esfuerzos de los cuatro, la joven siguió atrapada bajo el agua hasta que una quinta persona paró la bomba de succión conectada al orificio. Solo entonces puedo ser extraído el brazo y la joven sacada a la superficie. Para entonces, la menor había pasado “demasiado tiempo debajo del agua” y los intentos para reanimarla “fueron infructuosos”, detalla la jueza.

En su sentencia, la magistrada concluye que durante el juicio, celebrado en septiembre y octubre pasado, se constató la existencia de “abundante material probatorio” tanto de la falta de un plan de seguridad para la piscina que contemplara el riesgo de ahogamiento de los usuarios, como de un plan de mantenimiento que incluyera la revisión del estado de las rejillas y su sujeción. El fallo recalca que solo cuando se produjo la muerte de la víctima se ordenó a los socorristas revisar que estas estuvieran bien ancladas, según recogían varios correos electrónicos intercambiados entre trabajadores del complejo hotelero y que se incorporaron a la causa.

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La Fiscalía no acusó a Ger durante la vista, pero sí la acusación particular ejercida por la familia de la víctima y representada por el abogado Pablo Ureña. En el fallo, la jueza respalda la postura de esta última al considerar probado que tanto el empresario como el responsable de recursos humanos de la compañía, Javier García Morales, también condenado, no llevaron “un adecuado control de las acciones encomendadas a sus empleados” y los condena. En el caso de Ger, el fallo recalca que, en su condición del director de Hoteles Marina D’Or, era “el responsable de que las medidas de seguridad se vean del todo cumplidas, el encargado de dar las directrices adecuadas a sus empleados y el encargado de velar por la seguridad de todos los usuarios en sus instalaciones”.

La acusación pedía para el propietario de Marina d’Or tres años de cárcel. Sin embargo, el fallo deja la pena en dos al considerar que se produjo una “dilación indebida” en el funcionamiento de la justicia al juzgarse la causa más de seis años después de producirse el suceso. Además de a Ger y al jefe de Recursos Humanos, la resolución también condena a dos años de cárcel al jefe del departamento de ingenieros de la compañía y al responsable de fontanería del establecimiento. Asimismo, impone 18 meses de prisión a los dos operarios responsables del mantenimiento de la piscina.

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