Draghi pide a la UE acelerar el esquema europeo de reparto de migrantes


Italia observa con atención estos días la crisis migratoria vivida en la frontera española con Marruecos y mira hacia Bruselas pensando en solucionar futuros problemas domésticos. Las cifras de llegadas de inmigrantes por mar se han triplicado en lo que va de año respecto al mismo periodo de 2020 y el primer ministro, Mario Draghi, propondrá el próximo lunes en el Consejo Europeo que se retome un mecanismo de reasentamiento de migrantes. La derecha populista, liderada por Matteo Salvini, se prepara de nuevo para una campaña política a costa de este asunto.

Italia camina hacia un verano intenso en número de llegadas de inmigrantes por mar. Las últimas semanas han desbordado todas las previsiones. En lo que va de año han desembarcado en las costas italianas 13.359 inmigrantes a través de la ruta del Mediterráneo central, con lo que se ha triplicado ya la cifra del mismo periodo de 2020. La comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, pidió a los Estados miembros que apoyasen a Italia. Pero solo Irlanda respondió al llamamiento. El primer ministro, Mario Draghi, afirmó este jueves en una rueda de prensa que este problema se ha “dejado suspendido” demasiado tiempo en Bruselas y que pedirá la reactivación inmediata de un mecanismo de redistribución de migrantes. “En el Consejo Europeo del próximo lunes lo volveré a proponer y hay que abrir una discusión europea sobre este tema. Tendremos el tema también en el orden del día de otro Consejo Europeo. Hay que encontrar absolutamente un acuerdo”, anunció.

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En Roma, sin embargo, cunde la sensación de que no se moverá nada hasta después del verano. Al menos, creen la mayoría de partidos políticos que forman el Ejecutivo de unidad que lidera Draghi, hasta que pasen las elecciones en Alemania en septiembre. El tema, ya de por sí conflictivo en Italia, donde enciende con enorme facilidad la llama de los populismos, es igualmente peliagudo en los países del norte y este de Europa. Justo cuando España acaba de atravesar una nueva crisis con Marruecos a cuenta de la inmigración, en Italia se busca solucionar este asunto antes de la llegada del verano, cuando se prevé un aumento notable de los desembarcos.

Draghi explicó el martes que, más allá de la recolocación, un acuerdo con Bruselas debe estar basada en varias patas. Según el primer ministro italiano, “debe haber una intervención económica por parte del país, pero también de la Unión Europea”. Pero insistió también en la colaboración multilateral con los países de partida y Bruselas. “Los instrumentos no faltan. Pero deben emplearse con equilibrio, eficacia y humanidad. Necesitamos un cambio de paso, pero en todas las direcciones”.

La próxima semana se espera que el comisario europeo de Vecindad y Ampliación, Olivér Várhelyi, junto al ministro de Exteriores italiano, Luigi Di Maio, y su homólogo maltés, Carmelo Abela, puedan viajar a Libia en misión europea. Se busca un nuevo acuerdo con el Gobierno de Abdul Hamid Al Dbeibah, esta vez como socios, publicaba el jueves La Repubblica. La idea es que aumente el control de las fronteras y que los centros de internamiento en Libia, convertidos hoy en una suerte de agujeros negros de los derechos humanos, estén también supervisados por países terceros.

Las instalaciones de acogida de la isla de Lampedusa, principal puerto de llegada de las embarcaciones que parten desde Libia, se encuentran estos días ya al límite de su capacidad. El fin de semana del 8 y 9 de mayo llegaron más de 2.000 inmigrantes. Draghi cree que esta cuestión debe ser afrontada en el ámbito europeo y, como sus predecesores en el Gobierno, quiere que se llegue a un sistema común de reubicación de solicitantes de asilo.

La cuestión tiene fuertes implicaciones políticas en Italia. La derecha populista, como la Liga de Matteo Salvini, se quedaba ya sin argumentos políticos tras la reapertura del país tras las restricciones de la pandemia que ha solicitado insistentemente desde hace semanas. El tema migratorio vuelve ya a la primera línea del programa político y amenaza con crear divisiones en el Gobierno de unidad que lidera Mario Draghi.


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