El primer tercio de Liga augura que la lucha por obtener un puesto en competición europea para la próxima temporada será encarnizada. El ritmo de suma de los equipos mejor clasificados, hasta la fecha, cuando ya se han jugado 13 partidos, sitúa el listón continental por encima de los 60 puntos, lo que obligaría a la Real a obtener en torno a 40 más en los 25 partidos que quedan (1,6 de media). Es decir, casi la mitad de los 80 restantes en liza, para mantenerse en los puestos de privilegio en los que ha cruzado este primer tercio de la competición.
Aunque Barcelona y Real
Madrid tienen un partido menos, estamos ante la temporada en la que el líder menos puntos tiene a estas alturas en los cinco últimos años. Esto ha provocado que el botín se haya diversificado mucho más y que, por tanto, haya equipos con un bagaje más elevado del habitual a estas alturas.
Hasta nueve equipos han alcanzado, o superado, la barrera de los 20 puntos en estos 13 primeros partidos cuando la pasada temporada, sin ir más lejos, sólo siete lo habían logrado. En la 17/18, por su parte, únicamente los seis primeros clasificados habían alcanzado la veintena de unidades. Es decir, una puntuación que ha solido ser sinónimo de estar en el sexteto cabecero la comparte ahora hasta el noveno clasificado. La conclusión es clara: el abanico de candidatos a las seis primeras posiciones, si todo sigue a este ritmo, va a ser amplio. De hecho, a excepción del Granada, a nadie sorprende la identidad del resto de los nueve primeros clasificados, todos ellos llamados a estar en las posiciones nobles de la Liga por potencial, presupuesto y aspiraciones.
Siete equipos en cuatro puntos
La lucha es tan cerrada, de momento, que sólo cuatro puntos separan al tercero del noveno lo que obliga a no bajar la guardia para mantenerse arriba. Es de esperar que, según avancen los partidos, Barcelona y Real Madrid irán abriendo más brecha, si bien al Atlético se le supone capacidad para aguantar el ritmo. Si el Sevilla también aguanta esa rueda, el cuarto puesto puede cotizarse a precio de oro.
La principal referencia que puede tomar en cuenta la Real de lo que le aguarda de ahora en adelante la tiene en la temporada 16/17, la última en que se clasificó para Europa. En este punto su situación, tanto personal como colectiva, era similar y, por tanto, es un buen espejo en el que mirarse. Hace tres años, el equipo entrenado por Eusebio llegó a la 13ª jornada también con 23 puntos, pero en sexta posición. Los nueve primeros, entonces también, habían sumado 20 puntos o más y del cuarto al noveno había cuatro puntos de diferencia. Para poder lograr el pasaporte continental, el conjunto txuri urdin no sólo tuvo que porfiar hasta el último segundo de la campaña, sino que necesitó 64 puntos, una puntuación exigente para ser sextos, casi de Champions. Con dos puntos más (66), en 2013, la Real fue cuarta sin ir más lejos.
19 victorias y siete empates permitieron al conjunto guipuzcoano meterse en Europa hace tres años. Dando por bueno que el contexto actual es similar, la escuadra de Imanol necesitaría ganar 12 de los 25 partidos que restan y empatar otros cinco. Una exigencia elevada, se mire por donde se mire.
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