Kevin Durant definió como “divertido” su debut con los Phoenix Suns, si bien reconoció que estaba nervioso por el estreno. “He jugado casi 1.000 partidos, pero hoy estaba nervioso”, se sinceró. Evidentemente, echó de menos competir tras casi dos meses de baja por un problema de rodilla cuando todavía era miembro de los Brooklyn Nets. Anotó 23 puntos en la victoria de su nuevo equipo en el pabellón de los Charlotte Hornets, y al terminar afirmó que se siente bien integrado en el esquema de juego de la franquicia.
“Fue divertido, echaba de menos jugar. Estoy feliz por mi regreso”, aseguró Durant en la rueda de prensa posterior al encuentro. “Siento que debía meter unos tiros más, tengo que volver a acostumbrarme. Voy a mirar las estadísticas y ver qué puedo hacer mejor”, agregó el ex de los Nets.
Fichado a escasas horas del cierre de mercado de fichajes, el pasado 9 de febrero, Durant ultimó su recuperación de un esguince en el ligamento colateral tibial de su rodilla derecha sufrido el 9 de enero y en el Spectrum Center se enfundó por primera vez la camiseta número 35 de los Suns.
Aportó 23 puntos, con 6 rebotes, 2 asistencias y 2 tapones en 27 minutos en pista, con un 10 de 15 en tiros de campo. “Siento que encajo bien. Todo el mundo intentó acomodarme al máximo, y debo seguir trabajando. Con el paso del tiempo esta camiseta se verá normal en mí”, constató el jugador.
“Se trata de recuperar forma, con los partidos y los minutos lo haré. (…) Tuve muchas lesiones anteriormente, sé lo que es mejor para mí. Aprendí lo que tengo que hacer para ser mi mejor versión”, añadió.
Durant aseguró además que quiere demostrar su valor a sus compañeros y a sus entrenadores y que la lesión que sufrió en enero ya no le limita a la hora de competir. Eso sí, tuvo nervios en su debut a pesar de que experiencia y años no le faltan.
Devin Booker: “No parece verdad”
El nuevo compañero de KD y hasta ahora referente indiscutible de los Suns, el escolta Devin Booker, compartió sus primeras sensaciones al lado de la superestrella de la NBA. “Es uno de esos momentos que no parece verdad. Cada vez que lanza el balón parece sin esfuerzo. Puedes observar como los defensores lo dan todo y él está allí como si no pasara nada”, se maravillaba.
Monty Williams, técnico de Phoenix, se mostró satisfecho con la adaptación del jugador y del equipo. “Está genial poder dar la pelota al tipo y que él encuentre su sitio y consiga un muy buen tiro. El equipo se ha alimentado de él siendo él mismo esta noche”, constató. Quiso también quitarle algo de presión ante la narrativa de los últimos días que “obliga” al astro a liderar a un equipo hasta el campeonato: “Muchos jugadores reciben demasiada presión para liderar. No creo que sea necesaria. Mi trabajo es liderar, y los jugadores lo hacen a ratos, pero yo se lo he dicho ya. ‘No quiero que lideres, quiero que seas tú mismo y juegues a baloncesto’. Él es libre para ser él mismo”.