Economía requiere reforma fiscal, afirma Foncerrada; al carajo el T-MEC, expresa Huerta

“Si el gobierno no se incrementa el gasto público, si el banco central no disminuye significativamente la tasa de interés, vamos a una crisis de proporciones este mismo año”, alertó el economista Arturo Huerta.

Una reforma fiscal que permita generar ingresos que se inviertan en infraestructura; una política monetaria menos restrictiva, que dé al gobierno mayor control de los recursos del país, y mandar “al carajo” al Tratado de Estados Unidos México (T-MEC), son algunas de las sugerencias de expertos para que la economía mexicana se recupere.

En entrevista para Aristegui En Vivo, el economista Luis Foncerrada señaló que el país tiene muchas carencias en términos de seguridad, salud y educación, pero no se tienen los recursos para financiar todo.

Observó que uno de los retos más importantes para el país es la infraestrutura, ya que no se ha invertido en este rubro en los últimos años.

“El endeudamiento que tuvimos en el sexenio pasado fue enorme, pero no se tradujo en obras de infraestructura con excepción de lo que se invirtió en Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE); la infraestructura de caminos, puentes, puertos, aeropuertos, no tuvo lugar“, expuso.

En su opinión, la infraestructura es un tema fundamental, porque genera empleos, complementa a la inversión privada y permite al país ser más competitivo en el movimiento de mercancías, en términos de exportaciones.

El economista refirió que además de que los recursos no alcanzan, tanto la Secretaría de Hacienda como el presidente Andrés Manuel López Obrador han informado que llevarán una política fiscal de gasto muy conservadora para no incurrir en mayor deuda.

En este contexto, consideró que la opción más viable para conseguir recursos públicos que permitan financiar proyectos de infraestructura es una reforma fiscal.

“El 2021 va a ser un año muy político, y yo creo que habría que discutir una reforma fiscal que propicie el crecimiento. No se trata de una reforma fiscal cualquiera; tenemos que buscar una reforma fiscal que propicie empleo y vendrá el crecimiento, y que propicie una reducción de la desigualdad“, indicó.

Por su parte, el economista Arturo Huerta, afirmó que tanto los gobiernos anteriores como el actual han priorizado la estabilidad del tipo de cambio y la reducción de la inflación.

“Para ello, trabajan con la austeridad fiscal, donde el gobierno no gasta más que sus ingresos y con alta tasa de interés”.

Si se ha mantenido estable la relación peso-dólar es por la entrada de capitales; la economía mexicana no tiene condición alguna para mantener la estabilidad peso-dólar… Tenemos grandes reservas internacionales, entonces, al aumentar la oferta de un producto se abarata su precio, al aumentar la entrada de dólares se abarata y se fortalece el peso. El presidente se ufana que tenemos un pesos fuerte, pero tenemos una economía débil“, explicó.

Añadió que cuando el gobierno prioriza la estabilidad del tipo de cambio y la baja inflación, se deja de tener política fiscal y monetaria para el crecimiento.

“No tenemos recursos financieros porque se le dio autonomía al banco central. El gobierno perdió el monopolio del dinero, entonces no puede financiarse con él”.

En su opinión, es malo que el Banco de México sea autónomo, porque el gobierno que no controla su dinero, no tiene política monetaria ni fiscal.

El gobierno debe tener el control de la moneda para favorecer el empleo, el sector productivo, Pemex, la CFE y la infraestructura”, señaló.

Foncerrada comentó que, a diferencia de otros países como Estados Unidos o Alemania, a México no se le puede olvidar que tiene un sector externo; exportaciones e importaciones donde el tipo de cambio es el medio para que se den estas operaciones.

En ese sentido, consideró que una expansión fuerte de dinero no es la solución, como sí lo son la inversión y la creación de empleo.

Huerta añadió que la política monetaria, fiscal y cambiaria deben responder a los objetivos de crecimiento económico y empleo.

Para que el sector privado invierta tiene que tener ganancia. Si la ganancia te la ofrece más el sector financiero que el sector productivo, el capital va a lo financiero y no a lo a productivo. Entonces, hay que generar condiciones de ganancia en el sector productivo y para eso necesitas incrementar el gasto público, para incrementar demanda y que las empresas pasen a vender más y así poder invertir, y así, generar condiciones de crecimiento”.

Desde su punto de vista, si el país no tiene un cambio competitivo debería poner aranceles a las importaciones, para generar condiciones de ganancia en el sector productivo y así incrementar la inversión en el sector agrícola e industrial.

Al ser cuestionado sobre lo que pasaría con el T-MEC, el profesor-investigador consideró que se debe mandar “al carajo”.

Quienes se han favorecido del Tratado de Libre Comercio son las trasnacionales, no las nacionales. Han sido muy pocas las nacionales que se han favorecido del libre comercio; la mayoría está en proceso de desindustrialización, y de ahí el porqué la economía no crece, los bajos salarios, el desempleo y subempleo que predominan en el país”, comentó.

Luis Foncerrada reviró que el T-MEC sirvió para incrementar de manera importante las exportaciones.

“Es cierto que empresas extranjeras han participado de manera muy importante, pero esto ha ido incluyendo a una enorme cantidad de empresas mexicanas“.

Además, destacó, ha creado una enorme cantidad de empleo, ha habido una transferencia de tecnología muy importante y ha establecido reglas que en México no se respetaban.

“La aportación al Estado de Derecho también ha sido muy importante, que es fundamental: reglas del juego claras y certeza jurídica para poder invertir. Yo diría: el T-MEC está bien, hay que aprovecharlo hasta donde podamos, yo creo que la integración a la economía norteamericana, no sólo de Estados Unidos sino de Canadá, de toda Norteamérica, es muy importante, somos una de las regiones con más potencial y ubicada geográficamente de una manera extraordinaria”, apuntó.

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El también exdirector del Centro de Estudios del Sector Privado insistió en la importancia de un gran programa de inversión pública y privada.

“Y los recursos financieros deben venir de una clara e importante reforma fiscal, no de deuda ni mucho menos de impresión de dinero del Banco de México”.

La noche del miércoles, el pleno de la Cámara de Diputados aprobó en lo general y en lo particular el dictamen que reforma el artículo 4 de la Constitución, para que el Estado garantice la entrega de programa sociales a la población que tenga discapacidad permanente, a las personas mayores de 68 años, becas para las y los estudiantes en condición de pobreza, así como servicios de salud a quienes no tienen seguridad social.

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Al respecto, Huerta afirmó que él se hubiera pronunciado a favor de una reforma fiscal, no en el sentido de poner en la Constitución la política social, porque esta siempre ha existido, sino de que ésta responda a los objetivos de crecimiento y empleo.

El profesor comentó que no es posible incrementar impuestos en un contexto de recesión, donde están disminuyendo los ingresos de empresas e individuos.

“Lo importante es crecer y, para eso, hay que incrementar el gasto público y tener una política monetaria que acompañe a la política fiscal“.

Agregó que esta política restrictiva ha llevado a una contracción económica.

“Si el gobierno no se incrementa el gasto público, si el banco central no disminuye significativamente la tasa de interés, vamos a una crisis de proporciones este mismo año”.

Respecto a los programas sociales, Huerta señaló que si hubiera distribución del ingreso habría crecimiento económico, pero esto no se aprecia.

La política social para nada está distribuyendo el ingreso y para nada está contribuyendo al crecimiento económico. Lo que la gente quiere es empleos formales bien remunerados, y,para ello, hay que incrementar el gasto público, hay que bajar la tasa de interés y un tipo de cambio competitivo”.

Foncerrada coincidió en que siempre ha habido programas sociales, por lo que convertirlos en algo constitucional es redundante.

“Creo que el gran tema es de dónde van a salir los recursos… Una reforma fiscal no necesariamente implica subir impuestos. Yo creo que hay que repensarlos, pero sobre todo, hay una brutal evasión en México, hay muchísimas empresas que no pagan impuestos. Si redujéramos esa evasión podemos tener dos puntos adicionales del PIB al principio y, en unos años, otros dos más”, puntualizó.

Por otra parte, sugirió que la inversión sea deducible al 100 por ciento el día que se lleva a cabo.




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