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Edimburgo se blinda para recibir el cuerpo de Isabel II

Edimburgo se blinda para recibir el cuerpo de Isabel II

Una sucesión de rostros de Isabel II recibe a paseantes y viajeros en Princes Street, una de las principales avenidas de Edimburgo. Bajo la imagen, instalada en todas las marquesinas de autobuses ―en su cara externa―, solo aparece una frase corta: “Su majestad. La Reina. 1926-2022″. Paseantes y turistas se hacen fotos con la foto. “Es un momento histórico”, comenta Leonor Esther López, que desde México visita la ciudad con su familia. La capital de Escocia mantiene este viernes su habitual trasiego de turistas por el centro y sus tiendas y bares abiertos. Pero entre ellos, a lo largo de la mañana, se han ido desplegando decenas de agentes, algunos de ellos armados, así como varias furgonetas policiales. “La Policía de Escocia trabajará para asegurar que la ceremonia y los eventos del memorial se desarrollen con seguridad y dignidad”, ha dicho en un comunicado el jefe de Policía de Escocia, Sir Iain Livingstone, que tiene a más de 20.000 agentes a su cargo.

Como parte de este dispositivo, los monumentos y los edificios oficiales permanecen cerrados desde este viernes: el acceso al castillo está rodeado de vallas ―”Ahora lo controla el Ejército”, avisa desde la barrera un vigilante―; la catedral de Saint Giles aparece custodiada por la Policía; el Parlamento escocés ―proyectado por el arquitecto catalán Enric Miralles― se mantiene cerrado a cal y canto; y el Palacio de Holyrood, la majestuosa residencia oficial de la monarquía en Escocia, solo se puede atisbar desde la verja. Todos estos edificios se ubican a lo largo de la denominada Royal Mile, zona que será recorrida por la comitiva que acompañará al cuerpo de la Reina, cuando abandone Balmoral. En este palacio, una de sus residencias privadas favoritas, murió Isabel II la tarde del jueves. Hasta allí se trasladó el 21 de julio para pasar el verano y desde entonces no se ha movido. Su cuerpo abandonará el castillo el domingo. “Entonces descansará en Holyrood. Y ya el lunes será trasladada a la catedral de San Giles”, afirma una de las agentes del dispositivo desplegado por la ciudad. “No se dan todos los detalles por motivos de seguridad”, zanja.

Una mujer mira los homenajes colocados fuera del Palacio de Holyrood House en Edimburgo , este viernes.LESLEY MARTIN (AFP)

El nivel de amenaza en Reino Unido es “sustancial”, ha declarado Nick Aldworth, ex responsable de operaciones de antiterrorismo y responsable de la seguridad de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, a la agencia de noticias británica PA: “El operativo desplegará recursos a lo largo de todo el país. Probablemente, es la mayor operación de este tipo en Reino Unido”. Así, en Edimburgo, decenas de calles ya han sido cortadas al tráfico; hay agentes apostados en casi cada esquina y con brillantes abrigos amarillos. A la vez, varios grupos de operarios se apresuran a instalar vallas y diversas estructuras a lo largo del recorrido de la comitiva fúnebre de Isabel II.

“Nos da mucha pena que se haya muerto; era un icono”, opina la turista López, “pero también nos entristece no poder visitar nada”. Visita la capital escocesa con sus primas y hermanas: “Siete mujeres que nos hemos venido de viaje a Europa”. A pesar de los lamentos, no duda en colocarse en la cola que espera para hacer una foto al cartel que escuetamente anuncia el deceso de la monarca y el cierre de Holyrood: “Murió en paz en Balmoral”. “Se dice Holyrod o Holyrood”, juguetean con el inglés una pareja tras hacerse la foto ante el comunicado, enmarcado y colocado en la puerta principal del palacio.

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Megan Writeout, de 24 años, también se ha acercado a la tapia de Holyrood. Lleva un ramo de flores en la mano y busca un hueco entre los que van tapizando la pared exterior del palacio: “Es un momento emocionalmente fuerte”. “Somos cristianos, por lo que la Reina no solo representa a la madre patria, sino que también es una figura muy relevante en el campo de la fe. La vamos a echar mucho de menos”, continúa la joven que vive en Edimburgo, aunque nació en Sufians, un pueblo cercano a Manchester. Cree que va a necesitar cierto tiempo para acostumbrarse al rey Carlos III. “Quizás con Guillermo tenga más conexión por edad, valores…”, prosigue, “además, Kate [Middleton] también es una figura inspiradora para las nuevas generaciones. No quiero decir que prefiero a uno que a otro; en realidad no los conozco”.

En la zona hay trasiego y se espera que vaya en aumento en los próximos días. “Tras el verano, llegaba un tranquilo mes de septiembre, pero ante esto hemos tenido que movilizar a la gente que estaba librando”, explica el camarero de Café Vivo, un local muy cercano a Holyrood. “Es un lío, pero así ha ocurrido”, agrega. Desde el anuncio de la muerte de la Reina, los precios de los hoteles han escalado. También, la demanda de vuelos a Escocia. “Nosotras nos enteramos mientras visitábamos el castillo”, cuenta el grupo de mujeres mexicanas. Allí, antes del anuncio oficial, ya empezaron a correr rumores: “Pero nadie confirmaba nada”. Al abandonar el recinto, ya era noticia. “Por la noche salimos. Estaban los bares repletos, pero las calles solas, no se oía nada. Hacía aire, neblina y lluvia; el cielo lloró a la Reina”.

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