Este curso no habrá exámenes de recuperación para los alumnos de Educación Secundaria Obligatoria (ESO). El Ministerio de Educación se ve obligado a terminar con las repescas para cumplir con el dictamen emitido por el Consejo de Estado sobre esta cuestión, según has informado fuentes del departamento de Pilar Alegría este viernes. Un día antes, el órgano consultivo había anunciado a la ministra el cambio. Educación asegura que no hay más modificaciones de calado en el dictamen sobre el real decreto de Evaluación, Promoción y Titulación.
El Gobierno pretendía que este curso no hubiese repeticiones, pero varias comunidades ―encabezadas por Galicia, cuyo consejero habló en dos ocasiones del tema con la ministra― reclamaron una moratoria para mantenerlas este año académico. Los gobiernos autonómicos alegaron que la moratoria facilitaba la organización de los centros, ya que los planes del curso ya estaban en marcha. A Alegría ―deseosa de destensar las relaciones con los gobiernos regionales del PP tras meses de encontronazos con su predecesora, Isabel Celaá― le pareció razonable el aplazamiento y así se lo hizo saber a finales de septiembre a las autonomías.
Sin embargo, el dictamen del Consejo de Estado, de obligado cumplimiento al tener carácter “esencial”, fuerza a que las recuperaciones en la ESO ―se mantienen en el Bachillerato― terminen en toda España. El organismo considera que se crearían desigualdades entre los alumnos de las distintas comunidades si unos se examinan y otros no. La eliminación de las recuperaciones, que se han ido moviendo de septiembre a junio y julio, viene recogida en el real decreto que el Consejo de Ministros aprobará el próximo martes.
La Comunidad Valenciana, Aragón y Baleares ―ambas gobernadas por la izquierda― ya habían anunciado que no habría recuperaciones, mientras otras regiones se resistían a anularlas ya como el País Vasco. Es el caso del Gobierno gallego, que se planteó acudir a los tribunales contra el cambio, argumentando que, al haber comenzado ya el curso, la decisión alteraría el calendario escolar previsto. Castilla y León también amagó con recurrir. O Madrid, que había solicitado la moratoria y que este viernes no se ha ahorrado las críticas por boca de su consejero, Enrique Ossorio: “Es un ejemplo más del caótico y desordenado desarrollo que está teniendo la ley Celaá”.
El real decreto establece que los equipos docentes de forma colegiada decidirán la nota y si pasa de curso el alumno de ESO sin que haga un examen de recuperación de las asignaturas que ha suspendido. Asimismo el texto estipula que la evaluación en esta etapa será “continua, formativa e integradora” y que se establecerán medidas de refuerzo cuando el alumno vaya rezagado. La comunidad educativa coincide en que los exámenes, con pocas semanas de margen de estudio, sirven de poco porque los adolescentes vuelven a suspender. Que lo que no se ha aprendido en nueve meses no se adquiere en 15 días.
Los estudiantes de la ESO pasarán de curso cuando el profesorado considere que las asignaturas no superadas no les impiden seguir con éxito el curso siguiente y se estime que tienen expectativas favorables de recuperación. Así, obtendrán el título de ESO los alumnos que hayan adquirido, a juicio de los docentes, las competencias establecidas y alcanzado los objetivos de la etapa.
La última ley educativa (Lomloe) modifica de forma significativa cómo se regula la evaluación, la promoción y la titulación y concede una especial relevancia a la actuación colegiada del equipo docente, a quien se otorga la responsabilidad última de la decisión de pasar de cursos y obtener la titulación. La ley Celaá pone el foco en los mecanismos de refuerzo. Por ello dispone que la permanencia en un mismo curso debe ser algo excepcional que solo se podrá adoptar una vez durante la primaria y dos veces como máximo durante la enseñanza obligatoria. Este es precisamente uno de los objetivos de este nuevo real decreto de desarrollo de la Lomloe: evitar la repetición de cursos, un asunto en el que España triplica la tasa de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE): un 28,7% de los españoles de 15 años ha repetido al menos una vez.
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