La Administración de Joe Biden pretende poner en marcha este domingo un plan para acelerar las deportaciones de varios miles de haitianos tras la llegada de más de 14.000 migrantes al sur de Texas, según fuentes anónimas citadas por medios locales. La estrategia del Gobierno demócrata, acordada con las autoridades de Haití, consistiría en enviar a los migrantes de regreso a su país de origen en varios vuelos diarios. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) ha informado este sábado que trasladaron a unas 2.000 personas que se encontraban en la ciudad texana de Del Río para activar su procesamiento y posible expulsión de Estados Unidos.
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Una enorme caravana de latinos, formada principalmente por haitianos, pero donde también hay venezolanos, cubanos y nicaragüenses, cruzó el jueves desde México a EE UU. Los 14.353 migrantes se encuentran retenidos en un improvisado y gigantesco campamento bajo el puente internacional de Del Río y aguardan ser procesados, ha dicho el alcalde de la ciudad, Bruno Lozano. Está previsto que el lunes lleguen al sitio 400 agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) para agilizar los procesos.
“El DHS asegurará transporte adicional para acelerar el ritmo y aumentar la capacidad de los vuelos de retiro a Haití y otros destinos en el hemisferio dentro de las próximas 72 horas”, explicó Marsha Espinosa, portavoz de DHS, a The Washington Post. “Hemos reiterado que nuestras fronteras no están abiertas y la gente no debe hacer el peligroso viaje”, agregó. En agosto, EE UU detuvo a casi 209.000 migrantes, una caída de 2% con respecto a julio, pero todavía en niveles que no se veían desde 2000, según la CBP.
Las autoridades haitianas dijeron estar dispuestas a aceptar al menos tres vuelos por día, pero Washington quiere aumentar la frecuencia. Algunos empleados familiarizados con el tema citados por medios locales han dicho que la intención es enviar hasta ocho vuelos diarios, aunque la cifra varía según la fuente. Cada uno suele transportar hasta 120 personas.
El caos en Del Río, una ciudad de 35.000 habitantes que se encuentra en estado de emergencia por la crisis migratoria, obligó a las autoridades estadounidenses a cerrar temporalmente el viernes el tráfico a todos los vehículos y peatones en el único cruce fronterizo de la localidad. Durante este sábado, con el paso nuevamente abierto, se vio a decenas de migrantes cruzando el Río Bravo para ir a México por alimentos y luego volver a EE UU.
La Administración Biden ha estado expulsando a migrantes bajo la norma conocida como Título 42, una excepción en la ley de salud que permite la deportación “en caliente” de los migrantes sin papeles y solicitantes de asilo. Donald Trump la invocó por primera vez en marzo de 2020, con la excusa de la pandemia. El Gobierno demócrata la renovó el pasado agosto. Un juez ordenó el jueves a la Casa Blanca levantar la medida en un plazo máximo de dos semanas por considerarla innecesaria para atajar la propagación del coronavirus. Biden apeló el fallo.
“La capacidad del gobierno haitiano para recibir a sus ciudadanos de manera segura tomará meses, sino años”, decía una carta firmada esta semana por 50 legisladores demócratas, que le solicitaron a Biden detener las deportaciones de haitianos. Haití se está recuperando de un terremoto el mes pasado que dejó más de 2.000 muertos y miles de heridos. A comienzos de julio, el presidente Jovenel Moïse murió asesinado a tiros mientras dormía en su residencia.
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