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EE UU reconoce que 11 de sus soldados resultaron heridos en el ataque iraní de la semana pasada



La coalición militar liderada por Estados Unidos en Irak ha comunicado este viernes que 11 de sus  soldados resultaron heridos por conmoción cerebral tras el ataque iraní a la base iraquí de Al Asad la semana pasada, en represalia por el asesinato en Bagdad del general Qasem Soleimani por un dron estadounidense el 3 de enero. En un primer momento, el Pentágono comunicó que no se habían producido ni muertos ni heridos.

“Si bien ningún miembro del servicio estadounidense murió en el ataque iraní del 8 de enero a la base aérea de Al Asad, varios fueron atendidos por síntomas de conmoción cerebral que les produjo la explosión y todavía están siendo evaluados”, ha explicado el capitán Bill Urban, portavoz del Comando Central de Estados Unidos.
Urban ha explicado que el tratamiento de estos soldados es un “procedimiento estándar” que se lleva a cabo cuando hay personal cerca de una explosión, para averiguar si se han producido “lesiones cerebrales traumáticas”. Así, “por precaución”, tal y como ha detallado Urban, ocho personas han sido trasladadas al Centro Médico Regional de Landstuhl, en el sur de Alemania, mientras que otras tres han sido evacuadas al campamento Arifja, en la capital de Kuwait, para hacerles “un examen de seguimiento”. “Cuando se considere que están aptos para el servicio, se espera que regresen a Irak”, ha añadido.
Varios funcionarios del Departamento de Defensa de Estados Unidos han explicado a la cadena de televisión CNN que tras una inicial “evaluación del comandante, los síntomas surgieron días después del hecho”, de ahí, ha dicho, la contradicción entre las primeras declaraciones del secretario de Defensa, Mark Esper, en las que aseguró que solo hubo daños materiales tras el ataque.
Cuando lanzó su ataque, la República Islámica avisó de que se trataba solo del principio de su venganza por la muerte del general iraní Soleimani el 3 de enero en un bombardeo con drones perpetrado en Bagdad. En ese momento, el presidente Donald Trump optó por no responder a la ofensiva iraní con fuerza militar y, en un discurso televisado a la nación, dijo que impondría más sanciones contra Irán. Teherán y Washington, que no tienen relaciones diplomáticas desde 1979, han vivido numerosas crisis desde que Trump ordenara en 2018 la salida de EE UU del acuerdo nuclear impulsado por su predecesor Barack Obama firmado en 2015. La escalada de tensión actual es especialmente grave y aumentó con el derribo accidental por parte de la República Islámica de un avión ucranio, que causó la muerte de sus 176 ocupantes, la mayoría iraníes y canadienses. 


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