NUEVA YORK — Estados Unidos firmó el viernes un acuerdo que prepara el camino para que envíe a muchos solicitantes de asilo a El Salvador, uno de los países más violentos del mundo.
Pero primero ambas naciones deben tomar acciones legales necesarias e implementar importantes procedimientos de seguridad fronteriza y de asilo antes de que entre en vigencia, según una copia del borrador del acuerdo obtenida por The Associated Press.
El trato es el paso ambicioso más reciente que toma el gobierno del presidente Donald Trump para apoyarse en otras naciones, muchas de ellas notoriamente violentas, con el fin de que acepten a inmigrantes y con ello se detenga el flujo de éstos a la frontera entre México y Estados Unidos.
Las autoridades migratorias estadounidenses también están obligando a más de 42,000 personas a que permanezcan en México mientras sus casos se resuelven, y han modificado su política para negarle el asilo a cualquiera que haya transitado por un tercer país en ruta a la frontera sur de Estados Unidos.
El reducir el flujo de inmigrantes es uno de los temas políticos más destacados del gobierno de Trump y a sus simpatizantes les encanta. Pero Estados Unidos también está intentando hacer frente a un enorme número de migrantes en la frontera que han puesto una inmensa tensión sobre el sistema de vigilancia.
El secretario interino de Seguridad Nacional, Kevin McAleenan, y la canciller salvadoreña Alexandra Hill Tinoco firmaron el llamado “acuerdo cooperativo de asilo” en una conferencia de prensa transmitida en vivo por internet.
Los funcionarios se congratularon de que ambos países colaboraran para detener la migración hacia Estados Unidos, pero dieron pocos detalles sobre el acuerdo.
Las críticas de los defensores de los derechos de los migrantes y los refugiados no se hicieron esperar.
“¿Ahora dónde declararán un refugio para los que solicitan asilo? ¿En Siria? ¿En Corea del Norte? Esto es cínico y absurdo. De ninguna manera El Salvador es seguro para los que desean obtener asilo”, denunció Eric Schwartz, presidente de Refugees International.
Meghan Lopez, directora de país para El Salvador en el International Rescue Committee, dijo que el gobierno de Estados Unidos está “intentando una vez más darle la espalda a personas extremadamente vulnerables”.
“El Salvador no es seguro para muchos de sus propios ciudadanos y pasa apuros para cubrir sus necesidades, razón por la que muchos intentan obtener asilo en Estados Unidos. No es realista esperar que El Salvador pueda ofrecer protección a solicitantes de asilo que huyen de condiciones comparables a las de El Salvador”, agregó.
Los salvadoreños están excluidos del acuerdo, según el borrador.
McAleenan, que lo calificó como un “gran avance”, y Hill Tinoco dialogaron sobre la asistencia de Estados Unidos para hacer a El Salvador un lugar más seguro y próspero para sus ciudadanos. La canciller habló acerca de acabar con la violencia generada por las pandillas.
“Estos individuos amenazan a las personas, estos individuos matan personas, estos individuos le exigen a la población más pobre y vulnerable que pague tan sólo por cruzar la calle”, dijo, y añadió que su país necesita más inversión de Estados Unidos y otras naciones.
El acuerdo, reportado en primera instancia por The Associated Press, podría conducir a que migrantes de terceros países obtengan refugio en El Salvador si pasan por ese país rumbo a Estados Unidos, dijo Hill Tinoco en una entrevista con la AP.
Pero indicó que la mayoría de los migrantes que viajan hacia el norte no pasan por El Salvador, que se encuentra en la orilla occidental de Centroamérica y es mucho más pequeño que Honduras, su vecino hacia el este.
Le dijo a la AP que aún falta afinar los detalles, incluyendo la seguridad fronteriza, los procedimientos de asilo y la posible ayuda de Estados Unidos. Señaló que el acuerdo es un punto de partida, y que esperan que continúen las negociaciones sobre posible ayuda.
“Tiene que ser una verdadera sociedad”, afirmó, lo que significa que Washington tendría que aportar algo.
El nuevo presidente del país, Nayib Bukele, ha dicho que desea ser aliado de la Casa Blanca, señaló Hill Tinoco.
“Es un giro total de 180° en términos de política exterior”, agregó.
McAleenan dijo que el acuerdo impulsa el compromiso de El Salvador de desarrollar un marco para asilo, con ayuda del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
“Esto abonará al buen trabajo que hemos logrado ya en el vecino de El Salvador, Guatemala, para generar capacidad de protección para tratar de impulsar nuestros planes de proveer refugio contra la persecución política, racial, religiosa o de grupos sociales tan cerca como sea posible del punto de origen de los individuos que la necesitan”, afirmó McAleenan.
Las autoridades de Guatemala aún están trabajando en cómo implementar un acuerdo de “tercer país seguro” con Estados Unidos firmado a mediados de año.
El acuerdo con El Salvador no se ha descrito como de “tercer país seguro”, bajo el cual las naciones acuerdan que sus respectivos países son suficientemente seguros y tienen sistemas de asilo suficientemente sólidos, de manera que si los migrantes transitan a través de uno de los países deben permanecer ahí en lugar de trasladarse a otro.
Oficialmente, Estados Unidos sólo tiene un acuerdo vigente de ese tipo con Canadá.
Este año, el gobierno de Trump amenazó con retener la asistencia federal a El Salvador, Guatemala y Honduras a menos que hicieran más para acabar con la crisis de migrantes.
La medida se topó con una fuerte resistencia en el Congreso, ya que los expertos afirman que los recortes sólo exacerbarían el número de migrantes que intentan hacer el peligroso viaje a Estados Unidos debido a una mayor falta de recursos.
Washington anunció el jueves un plan para promover el desarrollo económico en México, Guatemala, Honduras y El Salvador, siempre y cuando lleguen menos migrantes a la frontera sur estadounidense.
Mauricio Claver-Clarone, asesor de seguridad nacional a cargo de Latinoamérica, dijo que pronto habría inversiones estadounidenses, pero están condicionadas a que siga disminuyendo el número de migrantes. No especificó cuánto planea dar Washington para promocionar el crecimiento económico en esos países.
En junio, el Departamento de Estado anunció que el gobierno de Trump estaba dando marcha atrás en algunos de los recortes, pero no aprobaría más apoyo a esas naciones. El Departamento de Estado dijo entonces que parte de esos 370 millones de dólares del presupuesto de 2018 no se gastarían y en su lugar se destinarían a otros proyectos.
El Salvador está plagado de pandillas y es uno de los países más peligrosos del mundo, con una de las tasas de homicidios más elevadas.
Según un informe del Departamento de Estado de 2018, entre los problemas de derechos humanos hay acusaciones de “ejecuciones ilegales de presuntos miembros de pandillas y otros por parte de las fuerzas de seguridad o personal militar; tortura por parte de las fuerzas de seguridad; condiciones de prisión duras y que ponen vidas en riesgo; arrestos y detenciones arbitrarios; falta de respeto del gobierno hacia la independencia judicial”.