Eibar y Valladolid no solucionan nada con el empate

Se quedaron con las ganas tanto Eibar como Valladolid de conseguir una victoria para reforzar sus estados de ánimo. No fue porque no la buscaran con ahínco pero, según fueron pasando los minutos, el empate no les pareció tan mal resultado y jugaron a conservarlo. Más vale punto en mano que tres volando.

El duelo estuvo marcado por las bajas que presentaba el Valladolid, hasta diez, y con el tan complicado momento en el que llegaban los de Sergio. Por su parte, el Eibar, no en mucho mejor posición que su rival pero fuera de los puestos de descenso buscaba una victoria en casa para salir del pozo. Ninguno de los dos consiguió lo que quería.

Ritmo y goles desde el principio

Pese a ser Ipurúa habitual escenario de partidos ásperos y enmarañados , el Eibar – Valladolid comenzó desde bien pronto a desenredarse. Apenas se habían instalado los dos equipos sobre el césped cuando Roque Mesa pudo adelantar al conjunto pucelano desde el punto de penalti. Arbilla puso el pie en la trayectoria de Sergi Guardiola que, al notar la bota rival, se tiró al verde sabiendo lo que iba a pasar. Y pasó. Disparo ajustado y gol (0-1).

El Valladolid había arrancado de la mejor manera, con el marcador a favor, pero cayó en la trampa de dejarse llevar y el Eibar, equipo armero y armado con una buena nómina de atacantes, se puso a trabajar en busca del empate. Por el costado izquierdo del ataque local todo eran semáforos en verde. Sobre todo para Bryan Gil, que cada semana juega a demostrar más potencial que la anterior. No parece tener techo y si lo tuviera, a buen seguro lo regatearía para seguir avanzando. Fue él quien diseñó el empate con un centro a medida para Kike García que lo remató con la precisión de un veterano de las fuerzas aéreas, lo que es (1-1).

A partir de ahí, ambos equipos comenzaron un partido nuevo, con posesiones repartidas, numerosas llegadas y poco centro del campo.

Miedo a perder

El paso por vestuarios relajó las pulsaciones. Ni Eibar ni Valladolid se impusieron el uno sobre el otro aunque sí es cierto que eran los locales los que parecían estar más cómodos. Llegaban más aunque no concretaban. Sí lo hizo el Real Valladolid, pero de manera ilegal pues Miguel Rubio, hoy debutante en la defensa blanquivioleta, puso el 1-2 pero en posición incorrecta.

Con el susto en el cuerpo, el Eibar agarró el balón y dominó el tramo final del partido. Sin embargo, no quiso arriesgarse aplicando la aplastante lógica de que un punto es mejor que ninguno aunque sepa a poco.

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