El agua, el recurso de la vida


Pocos dudan hoy de que la economía del futuro debe ser verde. Y cada vez hay más voces que, tras la pandemia de la covid-19, piden pilotar la recuperación económica mediante el impulso de un nuevo modelo productivo sostenible. Pero en esta ecuación hay otro color, el azul del agua. Su uso responsable es fundamental para combatir la más grave de las crisis: el cambio climático.

En un mundo en el que los recursos naturales son cada vez más escasos, solo la eficiencia y la innovación pueden ayudarnos a manejar ese capital de la mejor manera posible. En esa gestión sostenible, cobra especial relevancia el agua.

Por ese motivo, Coca-Cola lleva años comprometida con la protección de los recursos hídricos. El agua es el ingrediente principal de sus bebidas, y a la vez es esencial para la supervivencia de los ecosistemas y las comunidades donde opera. La compañía no solo trabaja para proteger las fuentes de agua que utiliza, sino también para reducir su consumo en la fabricación de sus productos. Además, impulsa diversos proyectos en zonas de gran valor ecológico para devolver a la naturaleza el agua que contienen sus bebidas.

En 2019, Coca-Cola consiguió reponer 3.782 millones de litros de agua, el 129% de la que contienen las bebidas que comercializó en España

Lo primero que hace Coca-Cola antes de construir una fábrica es analizar los recursos hídricos del territorio en el que se pretende instalar. En ese estudio previo, a través de una metodología propia, valora la cantidad y la calidad del agua, así como los posibles riesgos derivados de fenómenos meteorológicos extremos o desastres naturales.

Una vez identificadas las vulnerabilidades, la compañía elabora un plan específico de protección de esas fuentes de agua para garantizar su disponibilidad para las comunidades locales y asegurar la viabilidad de la planta. Además, Coca-Cola analiza constantemente todas las fábricas que ya están en funcionamiento para ajustar sus planes de conservación hídricos, si fuera necesario.

Ahorro y reutilización

Otro de los objetivos de Coca-Cola es reducir el uso del agua en todo el proceso de fabricación de las bebidas. En esta línea, la marca hace años que optimiza el proceso de lavado de los envases. También reutiliza agua en cada fase de lavado sin comprometer su calidad. Para ahorrar este recurso, en muchas plantas la limpieza se hace con aire ionizado, mientras que en las que emplean agua, esta vuelve a usarse en otros procesos tras un pequeño tratamiento. Las cifras demuestran que el esfuerzo va en la dirección correcta. En 2010, Coca-Cola empleaba 2,17 litros de agua por cada litro de bebida que fabricaba, incluida el agua contenida en las bebidas. En 2019 se redujo esa ratio a 1,83 litros, lo que supone una mejora del 15,54% en la eficiencia en el uso del agua.

Una vez utilizada, el agua se somete a un tratamiento en la propia planta embotelladora antes de emprender su camino a la depuradora municipal, donde recibirá el tratamiento definitivo antes de devolverla al medio ambiente. En algunas plantas se vierte directamente a un cauce natural, en cuyo caso se depura de forma exhaustiva para garantizar su óptima calidad.

El compromiso de Coca-Cola con la protección de los recursos hídricos va todavía más allá, ya que cada año el fabricante de bebidas trata de devolver a la naturaleza el equivalente al 100% del agua contenida en sus bebidas. Para lograrlo, participa con diversas iniciativas y proyectos para proteger entornos de gran valor ecológico. En 2019 consiguió reponer 3.782 millones de litros de agua, el 129% de la que contienen las bebidas que comercializó en España.

Entre estos proyectos destacan el que desarrolla junto a la organización ecologista WWF para mejorar la cantidad y la calidad del agua en el estuario del río Guadalquivir, o el que asegura el suministro y protege ríos y acuíferos en Teruel gracias a una reforestación controlada de un monte devastado por el fuego.

Asimismo, Coca-Cola desarrolla otros planes centrados en la mejora del uso del agua en la agricultura. Es el caso de Cítricos Sostenibles, que busca que los productores de estos alimentos en España ahorren este recurso natural mediante la optimización de sus prácticas de riego, además de reducir emisiones de carbono a la atmósfera gracias a un menor uso de fertilizantes.


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