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El Alavés se acostumbra a remar contracorriente

No está siendo fácil la actual temporada para un Alavés que, mientras va poco a poco marcando distancia con el descenso, busca su nueva identidad con Pablo Machín. En estas nueve primeras jornadas, se ha acostumbrado a remar contracorriente. En ellas, ha ido perdiendo en un total de 147 de los 810 minutos disputados y, además, ha jugado en inferioridad numérica 88 minutos. Todo ello suma 235 minutos, lo que supone el 29,01% del tiempo total. No se logró adelantar en el marcador hasta la quinta jornada, contra el Athletic, y sólo ha ido ganando y con once en el campo durante 108 minutos, un 13,33% del crono completo.

Los errores defensivos del inicio y las expulsiones han sido dos importantes palos en las ruedas en el transitar de un cuadro babazorro muy castigado también por las lesiones. Hasta la fecha, no ha sumado ni un solo punto en los duelos en los que los rivales han marcado primero y tampoco ninguno de sus adversarios ha conseguido remontarle, sí empatarle, cuando se ha puesto por delante en el electrónico.

Ante el Athletic

Dos etapas muy claras se detectan en el devenir babazorros. Las cuatro primeras jornadas fueron una pesadilla. En ella sólo pudo sumar un punto y los graves fallos defensivos le condenaron. Primero demostró que la plantilla no estaba preparada para asimilar bien el 1-3-5-2 que tanto gusta a Pablo Machín y, después, los graves problemas para crear ocasiones de gol le impidieron marcar ningún gol en jugada trenzada, algo que no logró hasta la séptima jornada cuando, en el 55, Jota Peleteiro asistió a Tomás Pina para que éste estableciera el 0-1 ante un Valladolid que se había quedado con diez. En total, 595 minutos tuvo que esperar para batir al portero rival en acción de construcción propia.

Antes, en los cuatro primeros duelos, sólo obtuvo dos dianas -una cada 180 minutos-. La primera fue obra de Joselu al lanzar una falta directa y, en la segunda, Edgar Méndez aprovechó un error del portero rival.

Tuvo que esperar el equipo hasta el derbi frente al Athletic para saborear un 1-0 favorable por vez primera en esta liga. Fue gracias al tanto rubricado por Rodrigo Ely en el minuto 74, fruto de una falta botada por Lucas Pérez. Así, necesitó 434 minutos para verse por vez primera con el marcador actual.

A partir de ahí, desde la quinta a la novena jornadas -la segunda etapa-, el equipo ha iniciado su despegue. Machín, que ya utilizó por primera vez una línea de cuatro en defensa en la segunda parte del segundo capítulo liguero en Granada, ha conseguido que sus discípulos aparquen los graves errores defensivos del arranque.

Así, dejando al margen el mal encuentro ante el Elche en la sexta jornada (0-2), en la que volvió a mostrarse muy débil atrás, su equipo ha logrado ocho de sus nueve puntos en cinco jornadas. En esta segunda etapa, acredita dos triunfos, dos empates y una única derrota. Ha llegado al parón encadenando tres partidos sin perder.

Tres expulsiones

Lo peor de todo es que, una vez desterrada la fragilidad atrás, el equipo ha tenido que solventar el inconveniente de concluir tres de estos últimos cinco partidos en inferioridad numérica. Ante Athletic -Rubén Duarte- y en las dos últimas jornadas -Jota Peleteiro frente al Barcelona y Edgar contra el Levnte-, tres de sus futbolistas se han marchado a la ducha antes de tiempo por una doble amarilla.

Pese a ello, el equipo se ha mostrado fuerte y ha logrado sumar cinco puntos en estos tres envites -Athletic (1-0), Barça (1-1) y Levante (1-1)-. Para ello, ha tenido que sufrir y jugar durante 88 minutos con un futbolista menos, el 10,86% de los 810 minutos disputados de liga.

Sólo ha tenido el equipo una victoria relativamente plácida en Valladolid, donde la temprana expulsión de Nacho en el minuto 29, le permitió jugar con uno más durante 61 minutos y aprovechar su superioridad numérica para labrar su triunfo en una completa segunda mitad.


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