El año pasado murieron con covid más de 5.000 mayores que vivían en residencias, la quinta parte que en 2020


En 2021 murieron en España más de 5.000 mayores que vivían en residencias y que habían contraído la covid, según los datos publicados este viernes por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso). Son la quinta parte que en 2020 (un 80% menos), cuando los decesos superaron los 25.700, contando tanto a quienes tuvieron el diagnóstico confirmado con una prueba como a quienes presentaban síntomas compatibles con la enfermedad, pero a los que no se les pudo realizar un test durante la primera oleada de la pandemia (10.492). La situación de los centros ha dado un gran vuelco a raíz de la vacunación, los fallecimientos han descendido drásticamente. Sin embargo, los contagios están repuntando con fuerza este enero, cuando la sexta ola alcanza cifras récord en el conjunto del país. Los más de 3.600 casos notificados por las comunidades autónomas en residencias entre el 27 de diciembre y el 2 de enero duplican los 1.600 de la semana anterior y los decesos suben, de 36 a 50. Hay que remontarse a enero del año pasado para encontrar una cifra más alta de contagios (no hay información por semanas para 2020), la diferencia es que por entonces, antes de que la gran mayoría de los residentes estuvieran inmunizados, hubo más de 700 muertes. Ahora un gran foco de preocupación está en los trabajadores: en solo cuatro semanas, sus contagios, y por consiguiente sus bajas, se han multiplicado por 10, hasta superar las 8.000 en la semana pasada.

Los datos, que el Imserso precisa que son provisionales, dado que están sujetos a las actualizaciones de las autonomías y en continua revisión, confirman lo que los expertos apuntan desde el principio de la crisis sanitaria. Si hay una alta transmisión del virus fuera de las residencias, este acaba colándose en los centros. Las cosas no tienen nada que ver con aquella primera ola, cuando no había material de protección, ni pruebas diagnósticas suficientes, y cuando incluso se restringió la derivación hospitalaria de mayores que vivían en residencias en las autonomías más colapsadas, según denunció de forma unánime todo el sector. Ahora las cifras son mucho más precisas, e incluyen a residentes asintomáticos y que presentan síntomas leves, a diferencia de en la primavera del primer año de pandemia. Pero además la vacunación ha sido masiva en los centros y se les priorizó con la tercera dosis. La letalidad (número de muertes entre los casos confirmados) fue del 21,9% en 2020. En el segundo semestre de 2021, del 7,7%.

“Las cifras indican que uno de cada tres residentes ha pasado la covid”, dice José Manuel Ramírez, presidente de la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales. “A partir de la vacunación y las medidas que tomaron los centros residenciales y el trabajo de los más de 200.000 profesionales la evolución en 2021 no tiene nada que ver con la letalidad de 2020″.

Pese a ello, los mayores que viven en residencias son personas muy vulnerables al virus, por su elevada edad y porque padecen múltiples patologías, por lo que es más probable que se desestabilicen si se contagian. El Imserso precisa en su informe, de hecho, que sus datos no contabilizan las personas que han muerto específicamente debido a la covid, sino a las que han fallecido con covid. El organismo, que depende del Ministerio de Derechos Sociales, señala que el incremento de la incidencia en los centros residenciales es “posterior, pero correlativo” a la del conjunto del país, lo cual quiere decir que previsiblemente los datos para residencias seguirán subiendo en el informe del próximo viernes, como lo han hecho en el conjunto del país estos días, después de Nochevieja. De media, la semana pasada hubo 5,2 casos por cada brote en residencias de mayores.

Ignacio Fernández, presidente de la Federación Empresarial de la Dependencia (Fed), una patronal del sector, apunta que “lamentablemente” la covid está entrando de nuevo en las residencias y que su principal preocupación es la salud de los residentes, “que son muy frágiles”. Reconoce que están “muy preocupados”, por lo que les está “obligando a extremar medidas de precaución y en algunos casos incluso clausurar centros y restringir visitas y salidas de residentes, cosa que es lamentable nuevamente”. Alerta además de que las bajas de personal “se están incrementando muy rápidamente”. Según sus estimaciones, cerca del 20% de su plantilla está de baja, “un problema enorme para la atención de los mayores”. El Imserso informa de que la semana pasada se notificaron más de 8.600 contagios entre los trabajadores de las residencias sociosanitarias, que incluyen también las de discapacidad. Son el doble que las de la semana anterior (unas 4.100) y la cifra multiplica por 10 a la registrada hace solo cuatro semanas (entre el 6 de diciembre y el 12 de enero), cuando se situó en unas 850.

Cinta Pascual, presidenta de otra patronal, el Círculo Empresarial de Atención a las Personas (Ceaps), explica que en un momento en que están viviendo “una falta de personal muy grande y un agotamiento después de 22 meses luchando contra la covid”, son necesarias medidas de flexibilización para la contratación del personal: “Las medidas que se han puesto en Madrid, de contratar a gente sin titulación, están ayudando”, dice en un vídeo. La semana pasada, el Consejo Territorial de Servicios Sociales, que reúne al ministerio y a las autonomías, aprobó que, de forma excepcional, si la provincia en la que se tiene que prestar el servicio está en nivel tres de alerta y el servicio público de empleo acredita que no hay demandantes de trabajo con las titulaciones requeridas, se pueda contratar a personal sin titulación, “preferentemente que tenga experiencia en cuidado y atención de personas dependientes”. Las entidades deben garantizar su supervisión y formación. Con todo, Pascual afirma que la situación no se parece en nada a la vivida en el pasado. “Las vacunas nos han cambiado la vida y ahora en las residencias estamos viviendo los contagios como la gente del exterior”.


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