Encuentro con algunos de los cantaores que participan en la Bienal de Flamenco, este miércoles en Sevilla.
PACO PUENTESPACO PUENTES / EL PAÍS“A la Bienal se viene a innovar” o por lo menos eso es lo que se espera de los artistas que cada dos años participan en la cita flamenca más importante del mundo. Antonio Zoido, director de la Bienal de Flamenco de Sevilla, ha aclarado este miércoles en los jardines del Casino de la Exposición, en un encuentro con siete de los cantaores que participan en esta edición, lo que para él es una afirmación de Perogrullo. La cita, que ha ofrecido un ciclo mestizo en agosto, se inaugura oficialmente el sábado con el Ballet Flamenco de Andalucía, pero antes, el viernes en el Real Alcázar, Antonio Canales y María Moreno protagonizarán, acompañados a la guitarra por Rafael Riqueni, un flashmob que solo podrá seguirse en streaming.Y como de retos se trata, Pedro el Granaíno va a atreverse con la petenera, un palo con muy mala fama entre los gitanos porque, dicen, “trae mal fario”. “Voy a reinterpretar a tres personajes míticos para mí con los que me identifico, porque lo bueno de la Bienal es que hace que te pongas las pilas, que te reinventes. La idea de Maestros nace con una visita que le hice a Fostorito. Después de una conversación con él te das cuenta de lo que de verdad es un cantaor. También homenajeo al Tío Chocolate, porque aunque soy de Granada, me siente muy sevillano, y a Enrique Morente, con quien siempre me he identificado”, ha comentado el artista que estrenará Maestros el día 21 en el Teatro Lope de Vega.“Voy a tocar palos que para mí eran tabú y a raíz de la conversación con Fosforito, ese miedo ha desaparecido. Yo escuchaba la petenera cuando la cantaba Camarón y ahora, por fin, me he atrevido. Igual que hace un tiempo pude meterle mano a la soleá. Esto llega con la edad”, confiesa Pedro el Granaíno.Tomás de Perrate, que estrena Tres golpes el día 19 con la guitarra de Alfredo Lagos y la dirección escénica de Pedro G. Romero, ha vuelto la mirada a las músicas populares del Siglo de Oro, algo totalmente nuevo para él, y parte de una chacona. “El espectáculo nace con la adaptación al flamenco de una chacona. Me picó la curiosidad y quise ver qué se hacía en esa época: la folía, la jácara, las seguidillas… Me imaginaba a un gitano estibador del puerto de Triana que supiera cantar las cosas de su casa y cómo se adaptaría a esas otras músicas”, ha explicado Tomás de Perrate.“Me gusta mucho la música. Lo que me llega a mí, me da igual que sea flamenco o no. Y si no lo entiendo, lo pregunto”, ha asegurado Inés Bacán, quien estará el 25 en el Lope de Vega con Memoria de una superviviente, basado en los recuerdos de su abuela, Fernanda de Funi, un homenaje a “ese flamenco profundo” en el que sin embargo ha querido introducir el violín de Bernardo Parrilla.La música clásica del Trío Arbós (piano, violín y violonchelo) acompañará a Rafael de Utrera en Travesías (día 23); mientras que El Pele, el más veterano de la reunión, llega con A sangre (día 15) en el que sus tonás, martinetes y siguiriyas recordarán las palabras de Tía Anica la Piriñaca: “Cuando canto me sabe la boca a sangre”.Rancapino Chico también echa Una mirada al pasado (día 27) en la que se encuentra con Juanito Valderrama, Manuel Torres o Manolo Caracol. “Se trata de acordarme de los maestros que ya no están y de hacer cantes que nunca he hecho”, ha adelantado.Mientras que Rosario la Tremendita en lugar de buscar inspiración en otros hurga en su propia existencia en Tremenda (día 29) para analizar la dicotomía que rige su trabajo y su vida. “Este es mi espectáculo más personal en el que trato de analizar cómo conviven la tradición flamenca que he heredado con mi guitarra eléctrica. Le pregunté a mi abuela y ella me lo resumió rápido: ’Eres muy flamenca, pero también muy inquieta y muy salvaje”.El ciclo de cante de esta 21ª edición marcada por las restricciones del coronavirus, en la que se ofrecerán 51 espectáculos en espacios al aire libre y en teatros con aforos reducidos, comenzará el día 7 con La alta torre, un espectáculo en el que José Valencia conmemora los 150 años de la muerte de Bécquer poniéndole voz a sus Rimas. “Toda una celebración de la lírica yacente en la música popular que el propio Bécquer identificaba con los cantes y bailes flamencos”, ha escrito Valencia, que no ha podido asistir al encuentro porque está en Madrid ensayando con el bailaor Jesús Carmona El salto, que se estrena el día 11. Quien tampoco ha podido asistir y también recuerda a Bécquer es María Terremoto, que reinterpretará sus versos el 13 de septiembre en Poesía eres tú.
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