Unai Emery y el Aston Villa sonríen tres semanas después. Rompió el equipo su mala racha de derrotas consecutivas en Goodison Park, casa de un Everton necesitado y metido en un lío muy grave (0-2).
El partido fue igualado y estuvo marcado por la diferencia de eficacia y de porteros, porque el Dibu Martínez volvió a ser clave para los villanos. Con el partido empatado el argentino sacó una mano espectacular a un cabezazo de Onana que ayudó a que se llegara al descanso en un empate sin goles.
Fue en esa segunda mitad cuando el Aston Villa hizo su parte. Ayudado también por el Everton, que tiró piedras a su propio tejado cometiendo penalti a la hora de partido. Se encargó el punta Watkins de transformarlo (63′). Y luego, en los minutos en los que el Everton quiso arriesgar, llegó la sentencia. Emi Buendía se coló por el perfil izquierdo del área y fusiló con su zurda a Pickford, que nada pudo hacer (81′).