Con el regusto amargo de un error más en la mochila que castiga de modo impenitente a lo largo de la temporada, el asalto de Valdebebas se presenta como una ocasión para hacerse grande, aunque cabe la posibilidad -probable- de que la cita nocturna acabe como Jonás en el estómago de la ballena. La empresa se las trae en el Alfredo Di Stéfano (22.00 horas, Gil Manzano, Movistar Plus), donde la tropa de Zinedine Zidane quiere darle un bocado a este Athletic de las debilidades defensivas, de carencias creativas, pero con un carácter competitivo que nunca pierde. Lo del juego es otra cosa.
Los merengues han solventado con nota su triple salto mortal frente al Sevilla, Borussia Moenchengladbach y Atlético de Madrid en unos días. Cuando se ponen serios y no se dejan llevar por la vaporosidad de partidos que no tienen mucha carga emocional -como ante el Cádiz, por ejemplo-, la efectividad se le desvanece. Cuando se pone las pilas, puede operar en modo apisonadora. Y más ahora, que ha cogido carrerilla con estos triunfos consecutivos y aspiran como el que más a hacerse con la competición liguera.
Posible nuevo formato
Pero aun así el Real Madrid también muestra sus debilidades cuando se le aprieta, en especial cuando la presión es alta y coordinada. Y en esa labor se tiene que esmerar el Athletic, que puede cambiar de formato en esta jornada adelantada -la decimonovena- por la disputa de la Supercopa de España. Garitano dejó entrever en la rueda de prensa de ayer que en esta oportunidad puede haber hueco para apostar por los tres centrales para hacer más duro el fuselaje contra el que chocarán los merengues, siempre dañinos en saques de falta y de esquina.
Y también cabe la opción de que haya modificación en la sala de máquinas, dado lo apretado del calendario, los compromisos que se avecinan y el físico perfil merengue. ¿Vesga y Dani García otra vez juntos como sucedió en Mestalla? Puede ser, como también que uno de ellos sea suplente y Unai López y Unai Vencedor quien tome el relevo, en especial el mediocampista donostiarra.
Dura la papeleta que les espera, como a Unai Simón, que necesita del partido fetiche para sacarse la espina de las últimas actuaciones personales. Además, es un escenario ideal para postularse otra vez. Y los Capa, Yeray, Iñigo Martínez y Yuri -sin olvidar a De Marcos– tienen otra complicada papeleta, al igual que Nuñez si hay tres centrales. Por alto habrá sucesión de balones al área. Lucas Vázquez intentará una de sus jugadas preferidas.
Duelos de nivel
Con la duda de lo que sucederá en el centro del campo, parece que el resto de posiciones estará entre Muniain, Williams, Raúl García, Morcillo, Berenguer y Villalibre en un encuentro en el que habrá que exprimir el físico y probablemente las cosquillas defensivas de Carvajal y Mendy. Raúl puede ser de nuevo empleado después de sus cuatro encuentros seguidos de inicio en el banquillo. Su duelo con Sergio Ramos puede ser uno de los polos de atracción en un escenario silencioso, hábitat aplastante la pasada campaña y más permisivo en la actual. El Alavés ganó allí, pero parece ya agotada la cuota de errores de Courtois, que aquel día estuvo sembrado. Lo normal es que sea un muro para el Athletic y y para Raúl García, viejos conocidos de su época en el Atlético de Madrid.
“¿Por qué no ganar allí?”
Pero tampoco se trata de maximizar las cualidades blancas, sino de enfatizar en las virtudes bilbaínas, que han sabido complicarle la existencia a los grandes, como sucedió el año pasado en el Santiago Bernabéu el año pasado o en la pasada campaña al Barça en el Camp Nou.
La botella está medio llena en el Athletic, como se comprobó en Valencia, donde una segunda parte de asalto -obligado por el 1-0- dio paso a un equipo ambicioso que se proyectaba con michos efectivos y una velocidad sustancial. ¿Se puede hacer lo mismo hoy? Parece más que improbable, pero no queda otra cosa que apretar. Como dijo Garitano, “¿por qué no podemos ganar allí?”
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