El Athletic está haciendo la goma, ese término ciclista que define a los corredores que se descuelgan y se enganchan al grupo de cabeza en una misma etapa. Así se están comportando los leones en esta recta final de la Liga 2021-22. El equipo de Marcelino dio el petardazo el pasado domingo ante el Celta en San Mamés en un partido nefasto, pero el jueves derrotó al Cádiz en el Nuevo Mirandilla para mantenerse con vida en el objetivo de lograr la séptima plaza a final de temporada, la única meta posible teniendo en cuenta que la sexta se ha puesto imposible. La Real, el conjunto que ocupa ese puesto, está a siete puntos de distancia cuando solo faltan quince por jugarse a pesar de que perdió en el Reale Arena ante el Barça (0-1).
El conjunto de Marcelino se está mostrando muy irregular en la recta final de la temporada. La fiabilidad no es su virtud principal y cuando ha tenido la oportunidad de meterse de lleno en el grupo cabecero de la competición ha fallado.
Los bilbaínos se colocaron a dos puntos del séptimo puesto después de derrotar al Levante en San Mamés, pero en el partido siguiente, contra el Betis en el Benito Villamarín, uno de los marcados en rojo para dar el salto definitivo, perdieron (1-0) y se descolgaron a cinco unidades. El empate con el Getafe en casa recortó la distancia en un punto y el triunfo contra el Elche (2-1) parecía que podía ser el punto de inflexión para seguir escalando en la clasificación. En la jornada siguiente tampoco lograron el resultado esperado ante el verdadero rival, el Villarreal, que estaba pensando mucho más en la vuelta de los cuartos de final de la Champions ante el Bayern Munich. El Athletic tenía la oportunidad de superar a los amarillos, pero el empate dejó todo como estaba.
El golpe importante
El golpe importante del curso llegó el pasado domingo ante el Celta, un partido que había que ganar sí o sí teniendo en cuenta que los de Castellón habían hecho los deberes derrotando al Getafe en el Coliseo. Entonces el Athletic se sacó un partido nefasto y los celestes se llevaron el triunfo de Bilbao con todo merecimiento. Marcelino se mostró abatido y pidió perdón a la afición por el ‘espectáculo’ ofrecido. “Este campo no merece presenciar lo que hemos hecho hoy. Nos han ganado de forma clarísima y pasándonos por encima”, dijo. El asturiano calificó el encuentro como el tercero peor de la temporada tras los jugados contra Rayo y Cádiz en casa, pero ha sido el más negativo desde el punto de vista clasificatorio y el que más daño ha hecho en la confianza del equipo para seguir optando a Europa.
El triunfo en el Nuevo Mirandilla ha restañado las heridas y deja con vida al equipo para apurar las escasas opciones de alcanzar el séptimo peldaño del torneo de la regularidad el fin de semana del 21 y 22 de mayo cuando la temporada eche el cierre. Primero habrá que recortar esos cuatro puntos y después esperar que el Villarreal falle teniendo en cuenta que también tiene por delante nada más y nada menos que las semifinales de la Champions frente al Liverpool.
Además, se tiene que dar otra circunstancia para que esa posición lleve a jugar la Conference League el curso próximo, la competición estrenada esta campaña. Que el Betis gane al Valencia la final de Copa que se disputa esta noche en La Cartuja. Los verdiblancos tienen un puesto casi asegurado en Champions o Europa League a través de la Liga y por tanto si ganan habilitarán el séptimo para el tercer torneo continental. Los de José Bordalás, ya descolgados en la tabla, jugarán la segunda competición europea si se llevan el trofeo y dejarán fuera al séptimo clasificado.
A la espera de que la cita de hoy en Sevilla clarifique mucho más las cosas, al Athletic le quedan tres partidos en San Mamés -Atlético, Valencia y Osasuna- y dos a domicilio, contra el Granada en Los Cármenes y frente al Sevilla en el Sánchez Pizjuán en la última jornada.