Día uno de la temporada 2019-20 para el Athletic. Se acabaron las vacaciones. Hay ganas de ver lo que puede hacer Gaizka Garitano desde el minuto cero de un proyecto después de cómo sobrevivió con nota al funambulismo con el que se movieron los leones el pasado curso. Aunque poca capacidad para la sorpresa habrá porque los mimbres serán prácticamente los mismos. Para lo bueno y para lo malo. Con un año más, eso sí.
El verano es largo, sin embargo no se atisban grandes operaciones. No parece que vaya a recalar en San Mamés ningún futbolista de esos que aportan un salto de calidad en el plantel: Yuri Berchiche, Iñigo Martínez, Raúl García… A día de hoy podríamos hacer una previsión del once que debutará en Liga contra el XX y sería extraño si no acertásemos, como mínimo, nueve nombres.
Mientras el resto de teóricos rivales directos tiran de billetera para hacerse con los servicios de Lo Celso (Betis), Denis Suárez (Celta), Portu e Isak (Real Sociedad), Jordán y Ocampos (Sevilla), el Athletic solo ha incorporado a Ezkieta. Por las razones que sean, pero el mercado en Bilbao está parado. Y el problema no es tanto no fichar como ni siquiera tener opción de hacerlo.
El Athletic lo apuesta todo a Lezama. All in. Tampoco sería la primera vez. Cero dramas. Es el turno de Oleaga, Vivian, Larrazabal, Sancet, Iñigo Vicente y Villalibre. Media docena de cachorros con altas condiciones y que despiertan ilusión. Pero todos ellos son incógnitas en la élite.
Cuidado con fijar objetivos por el peso de la historia o con empezar a poner cruces antes de tiempo si los resultados no acompañan del todo. Claro que los chavales la pueden romper y convertirse en revelaciones ligueras, sin embargo no se pueden depositar sobre sus hombros las esperanzas de esta temporada. El aquí y ahora que tanto prima en el fútbol debe quedarse en segundo plano en beneficio de la paciencia. Quizás lo que toque sea sentar las bases para los éxitos de la próxima década.
Source link