El Athletic volverá mañana al bombo de la Copa y conocerá el campo del rival con el que regresará a la competición el 21 de diciembre tras el parón mundialista. En Alzira, sorteó a un rival peligroso, que se creció en la segunda mitad, en la que Julen Agirrezabala tuvo ocasión para demostrar su alto nivel en la portería.
Valverde tiene la lección copera bien aprendida. El recuerdo de Torrelavega es alargado. La eliminación de hace 19 años en El Malecón no la olvidará fácilmente. Fue casi un Waterloo personal, dos siglos después del de Napoleón. Riesgos no, gracias, reza su eslogan en estas eliminatorias trampa de inicio del torneo, ante rivales, en apariencia, sencillos. Ni una confianza quiere el Txingurri en estos trances.
Por eso, su alineación era reconocible. El técnico es el primero que no se fía, y se lo dejó bien claro a sus hombres. Titulares que podían encarar un partido de Liga contra cualquier rival. Así, el Athletic salió mandón al Luis Suñer Picó, y pronto dejó los deberes hechos.
La desconexión de la segunda mitad, ya con cero a dos, fue relativa. Herrera se mostró apático y Vesga, desacertado. Los rojiblancos perdieron el control de la sala de máquinas, pero Agirrezabala demostró con creces su nivel. La defensa evitó también los tiros en el pie y Villalibre, que estuvo muy participativo, aunque sin suerte cara a gol, pudo sentenciar.
Desde la lección de El Malecón son quince eliminatorias consecutivas coperas a un partido resueltas sin fallo. Mañana, el Athletic será uno de los cocos del bombo, no lo duden.