El Athletic repite viejos errores

Suelen decir que lo que funciona, no se toca. Pero Gaizka Garitano optó por seguir fiel en Zorrilla a un guion de partido que no le está reportando beneficios en los últimos tiempos. No apostó por la fórmula que le dio para levantar el duelo ante el Sevilla y el Athletic volvió a caer en viejos errores. Los que llegaron desde el banquillo, pero también desde el verde. Otro tiro en el pie que cuesta un gol en forma de penalti regalado. Si en Pamplona fue Capa, en Valladolid fue Unai Simón. Y nuevo tanto encajado nada más arrancar el segundo acto. Ya van unos cuantos esta campaña.

Unai López regresó a la formación para hacer dupla con Dani García. El de Zumarraga es innegociable para Garitano. Muniain ejerció en la media punta, Williams se pegó a la derecha y Morcillo, a la izquierda, con Raúl funcionando de nueve. El Athletic salió con brío, aunque se fue diluyendo y de repente se vio con un gol en contra tras un mal control de Unai Simón que se convirtió en penalti.

Mediado el primer acto y dado que los rojiblancos atisbaban en la distancia a Masip, el entrenador reformuló el ataque. Muniain pasó a la zurda, Morcillo a la derecha y Raúl y Williams se movieron por el carril central. Un poco más de lo mismo, tampoco carburó entonces. El pichichi de la pasada campaña en el Athletic vivió muy lejos del área y no tuvo incidencia en el juego.

A pesar de que los síntomas no eran halagüeños, Garitano prefirió esperar. No hizo ningún cambio en el descanso. El segundo impacto del Valladolid no tardaría en producirse. Ahí sí. Con la pesada losa del 2-0, el míster decidió mover el árbol, cuando afrontaba la ‘Cueña les Cabres’ del Angliru. A partir de ahí dispuso un dibujo que se asemejaba más a lo del Sevilla. Introdujo de una tacada a Vesga, Berenguer y Villalibre en lugar de Dani García, Morcillo y Raúl. El gasteiztarra hizo de ancla, el último fichaje se fue a la izquierda y arriba se juntaron Williams y el gernikarra.

El ‘búfalo’, revulsivo habitual, dinamizó el ataque y el Athletic metió el miedo en el cuerpo a los pucelanos por dos veces. Primero con un cabezazo de Villalibre ante el que se lució Masip y después en un mano a mano de Williams, previo pase de Muniain, en el que intentó regatear al portero y acabó sin disparar.

El Valladolid le fue metiendo cloroformo al choque, sin embargo los zurigorris se reengancharon de la mano de Yuri. Sacó un penalti de su ímpetu que transformó Williams. La esperanza llamaba a la puerta. El Athletic estuvo cerca de repetir el gol de estrategia firmado ante el Sevilla. Vesga peinó en el primer palo y Alcaraz se anticipó a Villalibre, que estaba dispuesto a remachar en el segundo palo emulando a Muniain. Sancet y Williams las tuvieron en el descuento, aunque ya era tarde. No todos los días se puede celebrar la fiesta de la remontada.


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