Una temporada a golpe de match ball. Salvando un ultimátum detrás de otro. Señalado. Haciendo la goma. Dibujando equilibrios sobre el alambre. Crédito en cuarentena. En entredicho. Preguntas por tierra, mar y aire sobre su futuro en cada comparecencia ante los medios que dice responder con paciencia. Es el escenario en el que se está moviendo Gaizka Garitano. Podría identificarse con el protagonista de una de esas películas en las que no se sabe cómo, pero acaba saliendo vivo de situaciones extremas. El último número de escapismo lo exhibió tras la victoria ante el Huesca. Parte de la junta quería su cabeza. Aunque sigue. La figura del presidente, Aitor Elizegi, está resultando clave para sostenerle.
El Athletic funciona a tirones. No hay continuidad en el rendimiento. Dientes de sierra. Fruto de ello es la zozobra que soporta el inquilino del banquillo. En los cuatro primeros partidos, el equipo rojiblanco encajó tres derrotas ante Granada, Cádiz y Alavés. Con un triunfo en Eibar en su segunda actuación. Tras encadenar esos dos tropiezos ante los gaditanos en San Mamés y los albiazules en Mendizorroza, con una imagen de gran impotencia, se encendieron ya las primeras luces rojas. Alarma. Ya hubo ruido contra Garitano en la ‘zona noble’ del club. Fueron alternando los encuentros ganados contra Levante y Sevilla con los perdidos con Osasuna y Valladolid. Así se llegó a la cita con el Betis del pasado 23 de noviembre. Con el ultimátum para el de Derio, filtrado, encima de la mesa.
Y lo esquivó con la victoria en Liga (4-0) más amplia desde su llegada al banquillo rojiblanco. La segunda vez que los suyos hacían cuatro goles en la competición liguera tras el 1-4 del pasado curso en Pucela. Sorprendió al alinear a Vencedor y Vesga en la sala de máquinas y a Villalibre arriba el día en el que se la jugaba. Salió cara con los goles del verdiblanco Víctor Ruiz en propia meta, Capa, Muniain y Berenguer, su fichaje solicitado y concedido. ¿Acabó el encuentro con la sensación de haber superado un match ball? “Tendré otro la semana que viene…”, replicó con ironía, ganando de cualquier modo algo de margen de maniobra. Práctica de riesgo.
En Getafe (1-1) hicieron una buena primera parte, pero dieron un paso atrás en la segunda. Otro sí pero no. De nuevo dudas. Al límite. Con un importante batacazo (0-2) en la siguiente jornada ante el Celta. Garitano, en el disparadero una vez más. Un resultado que hizo daño, con el añadido de sus palabras posteriores. “No estamos teniendo esa regularidad de poder ganar de seguido o no tenemos ese potencial para conseguirlo”, lanzó. También dijo que “es difícil para nosotros, estamos jugando con gente joven y es un peaje que hay que pagar”. Los ánimos se encendieron. Hubo reunión urgente de la junta directiva, con un sector pidiendo su destitución. En peligro. Otro dribling. Salvado. La mano de Elizegi.
Con el Valencia en Mestalla se jugó para ganar, pero acabaron empatando (2-2) con errores que de nuevo pasaron factura. Tocaba ir a Valdebebas. El día anterior Elizegi compareció ante la prensa. Se le preguntó de todas las maneras posibles por la continuidad del entrenador. Un muro. Defensa a ultranza. “La junta apoya un proyecto que queda claro con Gaizka, con él viajamos a Madrid y afrontaremos el partido del viernes (con el Huesca)”, subrayó. Argumentó que el de Derio “está consiguiendo un equipo fuerte, competitivo y con actitud”. Y se mostró “convencido” de que iba a ser “una buena semana para el Athletic, para nosotros y para Gaizka”. Es decir, pasase lo que pasase contra los de Zidane, conservaría el puesto.
Ese choque en el Alfredo Di Stéfano (3-1) estuvo marcado por la expulsión exprés de Raúl García, que cometió una imprudencia temeraria. Garitano opinó que con ese panorama habían hecho un “muy buen partido” y que cualquiera habría salido “goleado” en la misma situación. Y algo muy importante. “Tengo el apoyo de los jugadores, estamos muy unidos”, destacó. Mensaje.
Suspense y paradoja
Con el Huesca ha llegado otra victoria, sí. Pero con olor a petardazo. Con alfileres. Conseguida con suspense. Y con paradoja. Firmada con los goles de Kodro, que hasta el viernes solo sumaba 12 minutos, y por Nuñez, el central al que tiene en su escala por detrás de Iñigo Martínez y Yeray, ausente por sanción en este último partido. Más movimiento sísmico. Otra reunión de junta con sello urgente. Otra huida.
El martes, los leones juegan en Villarreal. ‘El día de la marmota’. Atrapado en el tiempo. De nuevo, Garitano, ya marcado, se despertará temprano escuchando el ‘I Got You Babe’ de Sonny & Cher en la radio. Ultimátum. Y van…