Que el
Atlético de Madrid tiene un problema desde el punto de penalti es una obviedad. No se le está dando especialmente bien al equipo colchonero el tema de los lanzamientos desde el punto fatídico.
En la presente campaña son tres los que ha marrado ya, de seis que ha lanzado en partido regular (sin contar con la tanda de penaltis que protagonizó ante el Real
Madrid). Es decir, la mitad. Álvaro Morata falló el suyo ante el Getafe, se lo paró David S
oria. Diego
Costa marcó ante el Valencia, pero falló posteriormente ante el Sevilla (se lo detuvo Vaclik). Finalmente, los dos últimos en Champions, el lanzado por Joao Félix, que entró, y el otro de Trippier, que marró contra el Lokomotiv.
El último de ellos, el lanzado por Álvaro Morata en la Supercopa de España ante el FC Barcelona, que el madrileño sí que logró anotar. A esos números habría que sumarles los dos que se fallaron en la final de aquel torneo disputado en Arabia
Saudí que se decidió por penaltis en la final contra el Real
Madrid. Allí, dos fallos (Saúl y Thomas) y un acierto (Trippier). Es decir, que del total de lanzamientos de esta campaña cinco se marraron y cuatro no. Sólo un 44,4% de acierto desde los once metros.
De ahí, que ante la importancia de los partidos que se avecinan, Simeone optase por ensayar brevemente los lanzamientos de penalti. No es una práctica completamente innovadora en la metodología del Atlético, pero se da en ocasiones puntuales.
En la sesión de este jueves, la breve práctica de lanzamientos desde los once metros fue encabezada por los dos lanzadores habituales, Morata y Joao
Félix, pero en ella también participaron otros compañeros como Saúl, Thomas, Koke, Trippier, Costa, etc que también pueden disparar en este tipo de jugadas.
SIMEONE, NO MUY PARTIDARIO
Simeone no ha sido nunca muy dado a ensayar los penaltis en los entrenamientos porque entiende que las condiciones son muy diferentes a las que se dan en los partidos de elite. “No puedo explicar nada, es difícil de explicar, un penalti es una ejecución individual. No es mala suerte. No sirve de mucho practicar en los entrenamientos porque luego vas al estadio, las pulsaciones son altas, la grada llena, la presión… Las condiciones no tienen nada que ver”, explicaba hace un par de años, en una de estas crisis tan habituales desde los once metros para los rojiblancos.
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