“Necesitamos tiempo. Ojalá que en ese tiempo que el fútbol no te da cometamos los menores errores posibles”, exponía el 18 de septiembre, con apenas cinco partidos jugados del curso, Diego Simeone, cuyo Atlético de Madrid aún sigue en construcción un mes, tres semanas y doce encuentros después, sin la regularidad que pretende, pero con el margen de un nuevo triunfo.
La última victoria contra el Espanyol, la sexta en esta Liga y la octava entre todas las competiciones en esta temporada, con 17 encuentros ya disputados, es un alivio frente al acecho de la crisis, pero la reacción exige aún mucho más por parte del conjunto rojiblanco, por mucho que se sienta vivo en sus máximos objetivos.
A un paso de los octavos de final de la Liga de Campeones y sostenido a trompicones en las cercanías del liderato de la Liga, a un solo punto –Barcelona y Real Madrid aún tienen un partido pendiente-, nada más ha ganado tres de sus últimos diez choques en el campeonato, con una derrota y seis empates, y ha pasado de un gol en contra en ocho duelos, entre Liga y Champions, a cinco en cuatro.
Aún no es el Atlético que se espera. Ni tan regular ni tan fiable ni, menos aún, tan rotundo como presupone su nivel, su plantilla y sus refuerzos. Lo desprenden su juego y sus sensaciones, con especial incidencia en los primeros tiempos más recientes, y lo confirma la comparativa con otras campañas de la misma era Simeone.
En sus 17 partidos hasta ahora de este ejercicio, el balance del Atlético presenta ocho victorias, siete empates y dos derrotas, con 21 goles a favor y 12 en contra para una diferencia en ese sentido de más nueve tantos. Sólo en una campaña de las siete precedentes que inició el técnico argentino había ganado menos que ahora: en 2017-18, cuando venció seis y empató diez de sus primeros 17 duelos.
En el resto había conseguido más triunfos. En 2018-19, con diez; en 2016-17, 2015-16 y 2014-15, con once; y en 2013-14 y 2012-13, con catorce. Y había perdido más en tres, con las tres derrotas de 2016-17, 2015-16 y 2014-15; las mismas veces en dos, en 2018-19 y 2012-13; y menos, con una, en otras dos, en 2017-18 y 2013-14.
Mientras el actual Atlético sostiene la comparativa en los números defensivos, con los 12 goles en contra y nueve porterías a cero -los terceros mejores de la era Simeone a estas alturas en ambos aspectos-, en ataque maneja sus segundas peores cifras, sólo por detrás, otra vez, del ejercicio 2017-18, con 19 dianas a favor.
A los demás, este Atlético los empeora ofensivamente. A los 25 goles de la pasada temporada o a los 26 de 2015-16, pero sobre todo a registros precedentes, como los 32 goles de 2016-17 y 2014-15, los 39 de 2013-14 o los 27 de 2012-13. En cuanto a la diferencia goleadora, ahora tiene +9, la peor en todo esta época.
Seis de los últimos nueve goles, uno por partido, los ha aportado Álvaro Morata, reforzado en este momento de la temporada quizá más que ningún otro jugador en el Atlético para agrandar sus números en el conjunto rojiblanco. Esta temporada ha firmado siete tantos en trece choques. Desde que llegó al club, trece en 30 encuentros.
“El año pasado llegué a mitad de año, no es fácil adaptarse y muchas cosas a lo mejor no las entendía bien del juego. Hay un proceso de adaptación que no me costó mucho gracias a los compañeros y a todos, pero ahora está por empezar lo mejor”, avanzó durante la pasada pretemporada en una entrevista a la Agencia EFE.
Tres meses después, es el mejor goleador del curso del Atlético. Sus siete goles son un tercio de los que ha marcado el equipo. Los ha anotado en 867 minutos, tiempos añadidos incluidos. Joao Félix ha logrado tres en 858, Diego Costa dos en 1.141 y Correa uno en 741.
Aparte de la racha de Morata, crucial para el sostenimiento del equipo en las últimas citas, el Atlético necesita rearmarse aún a nivel colectivo, en varias de sus individualidades y en el proceso de adaptación de algunos fichajes, todavía por explotar en el actual conjunto rojiblanco, para elevar la competencia interna por el once.
En ese sentido, la victoria contra el Espanyol supone tiempo para trabajar sin la presión de una distancia excesiva del liderato en la búsqueda de la regularidad y estabilidad y en la reactivación de hombres claves en su esquema aún a bajo nivel, como Diego Costa.
Estancado en los dos goles, el ‘19’ ha sido más suplente que titular en los últimos cinco choques. “La competencia en el lateral derecho está; crece la competencia de Herrera en el medio con Thomas, Koke, Saúl; Saúl también puede jugar de lateral izquierdo y necesitamos que Costa se meta en esta pelea”, expuso Simeone.
“La competencia nos va a generar ser mejor equipo. Eso es lo que queremos”, enfatizó el técnico, tras el 3-1 contra el Espanyol, en el que regresó al once Víctor Machín, ‘Vitolo’, desbordante y resolutivo, además de asistente a Morata en el 2-1 con el que el equipo rojiblanco completó la remontada en el Wanda Metropolitano.
Aclamado por el público, el extremo canario puja con fuerza por el protagonismo en la alineación. “Es un jugador que cuando está bien físicamente nos genera mucha peligrosidad. Le tienen que ayudar mucho más las lesiones”, opinó el técnico, que ha dispuesto de Vitolo en 88 partidos, sin contar los choques que ha estado de baja, de los que jugó 61, pero nada más le dio recorrido de titular en 24.
Las dos semanas de parón, en las que se quedará sin nueve internacionales, también le aportan tiempo al Atlético para la recuperación de sus tres lesionados: José María Giménez, Stefan Savic y Joao Félix. El uruguayo se ha perdido los últimos cinco choques, el portugués seis y el montenegrino siete.
Los tres estarán listos para el siguiente compromiso, contra el Granada, el sábado día 23 de noviembre en el estadio Nuevo Los Cármenes, donde Simeone, por contra, tiene dos bajas seguras por ciclo de cinco tarjetas amarillas: Thomas Partey y Saúl Ñíguez. El ilicitano ha sido titular en los 17 duelos de este curso.
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