Cuando Miguel Ángel Gil Marín, consejero delegado del Atlético de Madrid, contó este miércoles que en el club colchonero sabían desde marzo que Antoine Griezmann se iba al FC Barcelona, muchos aficionados se preguntaron ¿entonces?
El CEO colchonero confesó que en el Atlético sabían desde hacía meses que el jugador lo tenía hecho con el FC Barcelona. En el club están a la espera de que a partir de este 1 de julio se pueda hacer oficial, pero en la entidad rojiblanca hablan de pruebas que acreditarían que el cuadro catalán habría tocado a un jugador con contrato en vigor cuando eso está prohibido por la FIFA.
Con independencia de que sea el jugador el que se ofreciese o que el equipo catalán insista por activa y pasiva que no hay nada firmado, el Atlético manejaría evidencias que sustentan que el cuadro culé incumplió la normativa de una forma flagrante. Y por ahí, en el club no se escoden, están sopesando seriamente tomar medidas legales al respecto, pero eso es algo que se verá cuando Griezmann sea anunciado por el Barça. “Ese partido está todavía por jugarse”, señalan a MD desde el club colchonero.
El Atlético estudia qué hacer para defender sus intereses, porque es la tercera vez seguida que el Barça toca al mismo jugador colchonero con contrato en vigor. Sucedió el año pasado aunque finalmente, el francés se acabó quedando. Y ha vuelto a suceder ahora.
Y también sucedió en las negociaciones por su renovación. El máximo accionista rojiblanco ya advirtió de esta situación el pasado verano, cuando se constató que el equipo catalán estaba intentando ‘torpedear’ la renovación de Griezmann por el Atlético. “Nosotros hemos tenido la batalla con el Barcelona. Yo creo que no queda ningún lugar a duda, no sólo en el reportaje, sino en la cantidad de pruebas que nosotros tenemos de que el Barcelona se ha inmiscuido en unas conversaciones entre el Atlético y un jugador con contrato en vigor. Eso es ilegal. Ya analizaremos la posibilidad de volver a presentar una denuncia, en este caso a la Federación, que es la competente”, explicó. Una circunstancia que entonces se desdeñó porque Griezmann se acabó quedando y se prefirió no enturbiar.
HARTOS DEL BARÇA
Antes de eso, aún en mayo, el consejero delegado ya había estallado en este sentido. “Estamos hartos de la actitud del Barcelona. Que un presidente, un jugador y un directivo del mismo club hablen de la forma en la que lo hacen del futuro de un jugador con contrato en vigor y a pocos días de jugar una final de competición europea me parece una absoluta falta de respeto hacia el Atlético de Madrid y hacia todos sus aficionados”, expresó el consejero delegado en un comunicado publicado por el club colchonero, que añadió “le dije (a Bartomeu, presidente del Barça) en su momento que para el supuesto de que el jugador ejerza su derecho de rescisión como consecuencia de la presión ejercida durante toda esta temporada, el Atlético de Madrid exigirá al Barcelona ante las instancias correspondientes las indemnizaciones que correspondan por su conducta inadecuada”,
El Atlético está a la espera de acontecimientos pero tiene claro que defenderá sus intereses. Una denuncia ante la FIFA podría acabar con una sanción al Barça con impedimento para poder fichar e incluso con la inhabilitación por unos meses para el jugador. Pero eso es mirar a muy largo plazo y con muchos peros, con la premisa de que el Atlético pudiese probar lo que todo el mundo sabe, que el fichaje viene de hace meses y que la justicia deportiva le diese la razón. De momento, el club rojiblanco estudia qué hacer y se mantiene a la espera.
¿POR QUÉ NO SE EVITÓ?
¿Si se sabía cómo se permitió? En primer lugar, porque el club colchonero, cuando negoció el curso pasado la continuidad del francés tuvo que transigir con la reducción de la cláusula a partir de este próximo 1 de julio. Era eso o que el galo se fuese ya en el verano anterior. Visto la temporada del mismo, la más floja numéricamente desde que llegó al club, quizás había sido lo mejor pero eso es fácil decirlo ahora a toro pasado.
Entonces se entendió que merecía la pena hacer el esfuerzo porque el objetivo era poder llegar a la final de la Champions y para ello se hizo el proyecto más ambicioso de la historia del equipo colchonero. Pero en el club eran sabedores de que una ficha como la del francés no se podría mantener demasiados años además del desequilibrio que suponía para el propio vestuario. Es decir, que en cierto modo, lo más razonable era que esa cláusula se redujese. Si todo iba bien, no habría problemas. Pero si surgía algún problema, como ha pasado, pues había margen para solucionarlo aunque fuese con la salida del jugador.
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