El Atlético sabe sufrir y brillar para llevarse un gran triunfo ante Osasuna (1-3)

Victoria importantísima de los colchoneros en Pamplona, porque el
Atlético de Madrid
llegaba tras el gran esfuerzo de la remontada ante el Salzburgo, porque hubo varios cambios en el once, porque había muchas bajas… Pero sobre todo porque el equipo rojiblanco no estuvo cómodo en toda la primera parte.

Pintaba mal para el equipo de Simeone. El preparador argentino siempre ha defendido que la diferencia de los equipos que pueden hacer cosas grandes en una temporada de los que no reside en su capacidad de sacar los partidos que se ponen en contra, en los que no se está cómodo, que no salen las cosas… De ahí la importancia de los tres puntos sumados en Navarra en un partido que en su primera media hora fue un campo de minas. Pero como sucediese ante el Betis se encontró con el marcador a favor en una jugada puntual, cuando peor pintaba. Y con el marcador a favor ya sí, se desató en lo ofensivo para demostrar que tiene mucha potencia de fuego… aunque no aprovechase nada más que dos.

ASÍ ESTÁ LA CLASIFICACIÓN

Y este asunto se puede interpretar de dos formas. La primera, en clave negativa, viendo que sufre más de lo que debiera el Atlético para sacar muchos partidos. Y otra, positiva, valorando que sea capaz de sacar este tipo de encuentros ásperos, emboscados, amargos… Porque a muchos les puede saber a poco lo que se ve en algunos partidos de los de Simeone, especialmente en Liga, pero la realidad marca que tiene una situación privilegiada, que sólo ha encajado dos en seis partidos, que ha hecho 13 y que suma tres victorias seguidas. Y recordemos que le quedan dos partidos aplazados siendo ya tercero…el Atlético suma, suma y suma… y vuelve a sumar para reforzar su candidatura a lo que se tercie.

Simeone se dejó en Madrid a Luis Suárez, máximo artillero del equipo colchonero. También a Saúl, pese a estar ya recuperado. La acumulación de partidos genera que el Cholo tenga que rotar en sus alineaciones. Así lo hizo en El Sádar. Volvió Giménez, primeros partidos de la temporada. Hermoso dejó a Lodi en el banquillo, en el lateral izquierdo. Vitolo fue titular por segunda vez en el curso… y arriba Llorente y Joao
Félix.

Lo que se vio fue un partido diametralmente opuesto al que hace sólo unos meses alumbró a un Atlético post-parón, sencillamente intratable. Aquel equipo colchonero atropelló al cuadro navarro con Joao Félix y Llorente en plan estelar, dentro de un actuación coral sobresaliente.

UN OSASUNA AGOBIANTE

Jagoba
Arrasate no quiso repetir errores, dejó constancia de que había aprendido la lección y estudiado qué hacer para evitar otra goleada. Para empezar puso vigilancia a Joao y Llorente, que cada vez que recibían estaban rodeados. Osasuna planteó un partido con una presión muy alta. Muy físico, que hizo que el Atlético tuviese muchos problemas para mover el balón en la medular, donde ya de por sí los tiene habitualmente. Un partido con un ritmo muy elevado que hacía anticipar que el que desfalleciese primero, tendría problemas, si el partido seguía en equilibrio.

Sin un ‘9’ de referencia, Osasuna vivía relativamente cómodo en lo que se refiere a su portería. El Atlético no encontraba cómo llegar a la portería de Sergio Herrera. Por contra, el cuadro pamplonica tenía muy claro cómo hacer daño. Sobre todo por el lado derecho de los rojiblancos. En la primera jugada del partido, Jony colocó un balón para que la empujara Enric Gallego, pero el atacante se debió ver tan sólo que no se lo creyó y cabeceó alto.

Pasada la media hora, de nuevo Jony volvió a colocar otro balón al área donde Rubén
García cabeceó a contrapié de Oblak y rozó de nuevo el gol. Casi como poco antes Roncaglia, con un disparo desde fuera del área que se fue rozando el larguero.

Osasuna había tenido las suyas en la primera mitad. Vitolo, que jugaba por la izquierda, se coló en el área y metió el cuerpo de forma muy inteligente para que Roncaglia le arrasase. Joao
Félix marcó con un gran disparo, aunque el meta del cuadro navarro se tiró muy bien.

DOBLE PALO

Como sucedió ante el Betis, el Atlético cambió su naturaleza con el partido a favor. La segunda mitad tuvo un arranque completamente diferente, con los del Cholo mucho más clarividentes para generar ocasiones y desarbolar a su rival. Nada más comenzar, una mano de Oier, revisada por el VAR, acabó en pena máxima. La segunda. Joao
Félix intentó repetir pero el balón se fue al palo. El rebote le llegó a un Correa que la mandó a las nubes, muy forzado.

El Atlético quería liquidar el partido para evitar accidentes pero desperdiciaba una oportunidad tras otra. Correa estrellaba un balón al palo, el argentino también un mano a mano con Herrera tras un magistral pase de Koke, Vitolo otra cruzada en exceso…

Osasuna estaba desconectado y el Atlético se quedó el balón y lo movió con inteligencia, con un Koke sobresaliente. Desactivó la presión rival, que obviamente ya no era tan intensa por el desgaste, con un buen trato de balón. El equipo rojiblanco tiene muchos registros. Lástima que no los utilice más a menudo.

Osasuna – Atlético, en imágenes

En este contexto, con Osasuna ya con cambios en el campo, el Atlético se marcó una jugada colectiva notable, con una gran prolongación de cabeza de Llorente, que acabó con un gran pase de Correa para que Joao marcase de disparo desde la línea del área grande. Quinto gol del luso -segundo doblete consecutivo- para ser ya el máximo anotador colchonero y para demostrar que se ha echado el equipo a la espalda. Como bien dijeron hace unos días Saúl y Oblak sobre su compañero portugués, “el cabrón es muy bueno”.

APRIETOS HASTA LA APARICIÓN DE TORREIRA

El 0-2 no bajó los humos por completo de su rival, que rozó el gol con un disparo de Roberto Torres al que Oblak, disfrazado como siempre de Supermán, detuvo volando a su escuadra. A donde sus poderes no llegaron fue al remate de cabeza de Budimir al 79’. Centro medido de Roberto
Torres y una defensa un tanto cándida de Savic, que se dejó ganar la posición por el balcánico, que ni saltó para rematar de cabeza. Un gol que metía presión para la parte final del choque.

Parecía destinado a sufrir hasta el final, pero apareció Torreira. No olvidemos que el uruguayo fue delantero en su inicio y lo demostró. Una llegada al área, con un pase que controló de primeras y que enganchó con un disparo que se fue a la escuadra. Golazo.

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