El Ayuntamiento de Madrid no va a renovar los 66 contratos de emergencia con los que los 21 distritos activaron la ayuda alimenticia para paliar los efectos de la crisis del coronavirus entre las familias más vulnerables y la población más envejecida.
Estos contratos finalizan el próximo 31 de marzo y los beneficiarios deberán acudir a partir de ahora a la tarjeta Familias, la herramienta prepago con la que desde hace unos meses se canaliza la ayuda económica para necesidades de alimentos, o en los Centros de Mayores, que previsiblemente volverán a repartir menús diarios a la población de más de 65 años.
En el Consistorio reconocen, ahora sí, que se han llegado a tardar cuatro semanas de media en entregar las tarjetas Familias. Varios trabajadores sociales de las juntas municipales consultados amplían el plazo hasta los dos meses. También usuarias de servicios sociales contactadas en varios distritos, cuentan que las han solicitado hace más de dos meses, sin obtener respuesta ni acuse de recibo, por lo que las atienden en las llamadas colas del hambre que mantienen las asociaciones vecinales. En cualquier caso, el equipo municipal es optimista y confirma que los tiempos de entrega se están reduciendo.
La tarjeta familias del Ayuntamiento de Madrid solo ha cubierto el 2% de ayudas para alimentos
Los servicios sociales de 9 distritos están por debajo del mínimo que fija el Ayuntamiento de Madrid
Los funcionarios de los distritos están alarmados ante lo que se les viene: “Todos tenemos contratos de emergencia desde marzo del año pasado que se ampliaron hasta el 31 de diciembre y que después nos permitieron prorrogar hasta este 31 de marzo”, relata uno de ellos en uno de los distritos con más incidencia de pobreza, y que prefiere no dar su nombre. “Y ya nos han dicho que no se pueden seguir haciendo”, añade.
La instrucción con la que se ha trabajado estos meses establece que el contrato de cestas y lotes debería ir pasándose a la tarjeta Familias paulatinamente. Este trasvase lo explicó la concejala Silvia Saavedra en el pleno de junio, la primera vez que se habló de la tarjeta: “Estos contratos de emergencia van a estar en vigor en los distritos hasta septiembre y octubre, y posteriormente se va a implantar la tarjeta monedero”, adelantó la edil de Coordinación Territorial, Transparencia y Participación Ciudadana.
La realidad dio al traste con esos planes. El ritmo lento de implementación de la medida estrella obligó a los distritos ampliar los contratos de emergencia hasta el próximo día 31. Pero no es suficiente: no hay correlación entre el número de familias que ahora reciben los lotes de comida (y que dejarán de recibirla la semana que viene) y las que son receptoras de la tarjeta. Los trabajadores de los distritos prevén más colapso: “Dirán que hay alternativa, pero no la hay”.
“Todos tenemos contratos de emergencia desde marzo del año pasado que se ampliaron hasta el 31 de diciembre y que después nos permitieron prorrogar hasta este 31 de marzo. Y ya nos han dicho que no se pueden seguir haciendo”
Funcionario de uno de los distritos con más incidencia de pobreza
En la instrucción especial del 25 de agosto de 2020 de la tarjeta Familias, se incluyó una excepción para aquellas personas que por su “especial necesidad de productos básicos que estén imposibilitados para hacer uso ordinario de la tarjeta prepago o requieran entregas domiciliarias o prestaciones materiales de cestas de comida u otras modalidades similares para proporcionar manutención”. De acuerdo a esta literalidad, debería haber un margen para extender estas contrataciones de emergencia en distritos y mantener el reparto a domicilio. Pero no ha sido autorizado.
Una capacidad de gestión en duda para asumir la demanda
Entre el 1 de enero y el 15 de marzo de 2021 se han entregado 1.192 tarjetas, según un portavoz del área de Familias. En el último pleno municipal, el concejal de Más Madrid Javier Barbero reprochó al alcalde la insuficiencia de las 1.200 tarjetas entregadas hasta la fecha, mientras que el edil socialista Ignacio de Benito cifró en 350.000 euros la ejecución de esta ayuda, muy por debajo de los 27 millones presupuestados y las más de 22.000 tarjetas prometidas para el primer trimestre.
Esta cifra de lo gestionado vía tarjeta monedero contrasta con la cifra gastada en los contratos que finalizan el próximo 31, y que hasta ahora se ocupaba de las ayudas económicas para alimentos: 8 millones de euros en 2020 para un volumen de alimentos que deberá ser asumido automáticamente por la tarjeta Familias a partir del día 1 de abril. Es sobre esta capacidad de gestión exponencial sobre la que hay dudas.
En el Ayuntamiento prefieren comparar datos de cestas entregadas en enero: 2.407 frente a 1.340 tarjetas tramitadas. Pero ese dato no refleja exactamente cestas entregadas, sino las que han sido aceptadas y están en tramitación. Las familias aún no las tienen en su poder. Es aquí donde está el embudo, en la burocracia que no resiste lo escrito en los planes. En febrero fueron entregadas 1.895 cestas y empezaron a tramitarse 2.080. Y hasta el 15 de marzo, han sido repartidas 384 cestas y se ha iniciado la tramitación de 957 tarjetas.
“Se está acelerando la entrega de las tramitadas. Solo del 2 al 15 de marzo se han entregado 541” responde un portavoz del Consistorio a la pregunta de si las familias receptoras de cestas tendrán tarjeta el 1 de abril. “La velocidad de entrega de las tarjetas se está acelerando y ahora esperamos estar en torno a las 600 tarjetas entregadas cada 15 días”, explican.
En el Ayuntamiento prefieren comparar datos de cestas entregadas en enero: 2.407 frente a 1.340 tarjetas tramitadas. Pero ese dato no refleja exactamente cestas entregadas, sino las que han sido aceptadas y están en tramitación.
Con los contratos de emergencia, cientos de personas contaban con dos comidas diarias a domicilio para personas mayores o confinadas, y se repartían cestas a las familias más empobrecidas. Sobre todo en Puente de Vallecas, Chamberí, Usera, Vicálvaro y Ciudad Lineal fueron los primeros, y en las semanas siguientes usaron la contratación de emergencia en el resto de distritos para este propósito. Sucesivas ampliaciones han ido cubriendo este primer año de situación socioeconómica severa para las familias vulnerables. Sin embargo, el ayuntamiento ha decidido dar fin a estos servicios el próximo día 31.
Ahora, no tienen esa garantía.
Mayores no vacunados a por la fiambrera
Con los contratos de preparación de menús cocinados se alimentaba a la población mayor y de especial vulnerabilidad a domicilio. “Dirán que hay alternativa, porque se abrirán los centros de día, pero es que estamos aún en estado de alarma. Es una cutrez”, aseguran desde los servicios sociales de los distritos. “Están funcionando varias cocinas y pueden ir allí a recoger la comida”, rebaten desde la Consejería de Familias. Y señalan que hay un servicio similar para mayores muy vulnerables gestionado desde el área de gobierno y al que se podrían llegar a derivar casos que se identifiquen de especial gravedad.
Los datos de vacunación de la población de más edad muestran una situación nada positiva: la semana pasada, la Comunidad de Madrid informó de haber vacunado a 92.600 personas en la región mayores de 80 años. Solo en la ciudad de Madrid viven más de 240.00 personas en esta franja de edad fuera de centros sociosanitarios, y hasta el martes pasado solo el 55,2% había recibido la primera dosis de la vacuna. Si bajamos hasta los 65, en la ciudad hay censadas 670.000 personas. 268 de ellas son las que en diciembre recibían la alimentación cocinada a domicilio y que ahora deberán salir cada día, estén vacunadas o no, a por su fiambrera.
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