No corren buenos tiempos para Cristina Pedroche y David Muñoz. No en lo sentimental, pues siguen formando una de las parejas más estables del panorama español que grita su amor a los cuatro vientos constantemente, sino en el terreno laboral. El tándem empresarial que forman el chef y la presentadora ha caído en un bache debido a la pandemia de coronavirus del que todavía no han logrado salir.
Muñoz, igual que el resto de hosteleros, se vio obligado a cerrar DiverXO, el restaurante que regenta en Madrid desde hace 14 años, durante el estado de alarma decretado por el Gobierno. Tras su reapertura, el pasado agosto tuvo que volver a cerrar las instalaciones por un incendio en la cocina del que no tuvieron que lamentar daños y del que se recuperaron en tiempo récord, pero a mediados de septiembre el chef tres estrellas Michelin se enfrentó a un nuevo varapalo cuando varios de sus empleados dieron positivo en coronavirus por lo que, de nuevo, tuvieron que bajar la persiana. Sin embargo, pasadas las dos semanas de cuarentena, con el equipo sano y con “todo listo” para la reapertura, según el chef, DiverXO permanecerá cerrado debido a las nuevas restricciones de aforo y horario establecidas en la capital.
“Iremos decidiendo semana a semana si podemos abrir o no, dependiendo de cómo funcionen estas medidas. Iremos avisando”, explicaba el propio cocinero en un vídeo en Instagram. Aunque con rostro serio, Muñoz también lanzaba un mensaje de cariño y apoyo a todos sus compañeros del sector, especialmente aquellos profesionales de la hostelería madrileña que se encuentran en un momento más precario y preocupante que el suyo. “No tiréis la toalla, al final del túnel hay una luz. Aguantad, que más pronto que tarde vamos a poder llenar ese negocio para todos los ciudadanos de Madrid, la hostelería transmite alegría. ¡Mucha fuerza y ánimo!”, dice el exigente cocinero quien, igual que durante los meses del primer confinamiento, vuelve a ver cerrada su cocina. Al menos continúa con su otro local en la capital, StreeXO Madrid, cuyo horario incluye comidas y se ha visto ampliado, y con El GoXO, el servicio de comida a domicilio que iniciaron precisamente durante la pandemia.
El vídeo ha sido compartido por su esposa y también socia, Cristina Pedroche, junto al mensaje esperanzador “Volveremos”. Ella, además de ser su “Pepito Grillo” como la ha calificado el chef en alguna ocasión, es su talismán, con quien disfruta de los mejores momentos y en quien se refugia en los malos. La pareja, que contrajo matrimonio ante notario el 27 de octubre de 2015 en su casa, vestidos con vaqueros y con sus padres como única compañía, demuestra cada día que está más que consolidada pese a los que apostaron por una relación efímera. Han sabido compaginar el interés que suscita sus diferentes trayectorias con su relación, y eso se ve reflejado en sus millonarios negocios gastronómicos, en los que Pedroche participa de manera activa desde hace casi cuatro años, cuando Muñoz dio el salto a la capital británica y montó StreetXO Londres. “Somos socios en todo y todo es de los dos. Somos un equipo porque la base de todo es que haya amor, respeto y admiración”, contaba hace un año la presentadora y actriz a Cinco Días. “David ha necesitado inversión para el local de Londres y no iba a ir a buscar dinero fuera cuando lo tenía en casa. De esta manera, las ganancias también se quedan aquí y no hay que pelearse con inversores”, añadía.
Pedroche también forma parte de DiverXO y de Streexo Madrid. No cocina, pero sí lleva parte de la gestión, sobre todo con las marcas y los eventos. Por eso ella también ha lamentado la situación del restaurante en el que su marido ha conseguido el triestrellato. “Momentos para reflexionar, para pensar y valorar lo que de verdad es importante. Y siempre con una sonrisa”, ha escrito en sus redes sociales tras el varapalo. Una actitud muy positiva que la vallecana lleva siempre por bandera, sobre todo desde que supo convertir la presión de las críticas, en algunos casos feroces, en gasolina de su propia autoestima. Aunque ahora la pareja ve su horizonte gris, ambos confían en que pronto llegarán tiempos mejores.